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El Telégrafo
Alfredo Vera

El cuento del miedo

17 de febrero de 2015

La oposición derechosa y oligárquica inventa instrumentos de manipulación con la idea de conseguir adeptos entre la gente a la que califican y creen ingenua, porque supuestamente se convencen con cualquier cuento.

Y han inventado la historia de que hay ciudadanos que viven aterrados, llenos de miedo y, siguiendo el ejemplo de los dueños de los medios de desinformación que se proclaman como independientes y dicen o escriben todo lo que se les antoja en contra del régimen, lo hacen porque dizque han perdido el miedo.

Esa hipocresía no se la creen sino aquellos que son sus iguales y que viven comiendo cuentos de la misma calaña, embaucados por las mismas  historietas que se las oyen decir a los generadores de necedades.

El miedo es una reacción orgánica espontánea que se genera en las personas de carácter débil y que sustituyen la realidad por una fantasía mental, imaginaria, retroalimentada por el propio miedo en un circuito interminable. Por eso se dice que el miedo es libre, que no está atado a ninguna circunstancia que no sea la propia imaginación, como una enfermedad mental de los débiles de carácter.

Muchos ciudadanos se sienten complacidos porque finalmente hay un proceso de educación poblacional que siente satisfacción de que se cumpla con la ley, que dejó de ser letra muerta, y si esa convicción se arraiga en la colectividad por disciplina y no por miedo, en buena hora que así suceda.

Como dicen algunos: que sea por cualquier conducto, pero el día que le gente sepa que las leyes y normas se expiden para ser cumplidas, el país alcanzará un alto nivel de desarrollo, para satisfacción de toda la sociedad.

Y no será por el miedo, obsesión negativa, sino por respeto a la convivencia humana civilizada, que la sociedad alcance un nivel de racionalidad y respeto mutuo colectivo. Pero eso no les interesa a los enemigos del régimen, pues su mira es muy distinta, con el ánimo de que la sociedad se conduzca hacia la destrucción del tejido social, confundiendo la razón de ser de la llamada gobernabilidad.

El miedo que se riega en la humanidad entera, afectada por la violencia, el crimen organizado, el terrorismo, el tráfico de drogas y todas las perversidades que agreden a la especie,  no pueden ni deben ser parte de las relaciones internas de una sociedad como la nuestra, empeñada en superar racionalmente el subdesarrollo a base de la convivencia pacífica, de la justicia social y de la libertad económica.

Esa es la insignia y la enseñanza que tiene que dejarnos, entre otras, la Revolución Ciudadana.

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