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El Telégrafo
Edmundo Vera Manzo

El celular en clase puede ser destructivo (5)

19 de abril de 2014

Los padres en el futuro jugarán un papel muy importante en el buen uso del celular en clase. Ninguna otra persona tiene más influencia -positiva o negativa- que los padres o quienes los representan frente a sus hijos, sean estos niños o adolescentes. El uso de los celulares por parte de los padres en la vida cotidiana se convierte en ejemplo a seguir por parte de sus hijos. Lamentablemente, en la actualidad, la mayoría de los padres y los adultos en el Ecuador y en la mayor parte del mundo, se han convertido en malos ejemplos a seguir en el uso de los celulares y sus equivalentes, al atentar contra la convivencia presencial, las buenas costumbres y la salud de sus usuarios: no se participa de las reuniones, se aíslan, se desprecia a quienes se encuentran presentes y se demuestra una mala educación. Excepcionalmente, en una reunión familiar, en el trabajo o en el aula, se debe utilizar el celular en algo diferente a lo que todos están haciendo en el lugar. Si los padres y adultos en el hogar, delante de sus hijos, utilizan al celular por motivos intrascendentes, con esos ejemplos sus hijos repetirán  lo mismo en los centros educativos.

Si los padres utilizan exageradamente el celular, Internet o la televisión, sus hijos harán lo mismo. Si los padres ven pornografía y sus hijos se enteran, sus hijos los imitarán. Los niños y adolescentes no deben utilizar más de dos horas diarias tecnologías de la comunicación con fines recreativos y no debe ser inferior el tiempo de su uso con fines educativos. Los padres deben tomar las medidas  técnicas y prácticas para controlar el mal uso de los celulares de sus hijos niños o adolescentes.

Los padres tienen que colaborar estrictamente con los centros educativos en la medida que se dispone sobre el uso del celular en los centros educativos y no convertirse en sus solapadores. Lamentablemente existe una permisibilidad en la política educativa mundial y en la familiar que incide  de forma negativa en la gestión de la clase. Los profesores se encuentran en una situación muy incómoda frente a los derechos que tienen los niños y adolescentes, que no se encuentran acompañados por los respectivos deberes. La situación es muy difícil porque los padres y los maestros provenientes de un estilo autoritario en la educación no se encuentran capacitados para proporcionar una educación más democrática y de acuerdo al espíritu de nuestra Constitución y del Buen Vivir.

Urgentemente se requiere capacitar a los padres y profesores sobre la modificación de actitudes que representa la propuesta de cambio civilizatorio del Buen Vivir en la vida familiar y en la educación y en complemento capacitarlos sobre el uso de las tecnologías de la información en la educación. Si se hace lo segundo sin lo primero, será un error de muy graves consecuencias.

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