Las elecciones de febrero de 2017 para nombrar presidente, vicepresidente de la República y asambleístas son de extraordinaria importancia para el futuro inmediato y de largo alcance de Ecuador: se consolida el objetivo y proceso del buen vivir, Sumak Kawsay, de la Constitución vigente o se la echa a la basura reemplazándola por el consumismo desenfrenado, el libertinaje de los más poderosos para hacer con su dinero lo que les dé la regalada gana, la eliminación de las conquistas sociales alcanzadas y el retroceso de los derechos garantizados en la Constitución y las leyes derivadas.
Nuestra Constitución vigente es una de las más actualizadas del mundo en los derechos de la naturaleza y de los seres humanos; en la misma se encuentra señalado el sueño a largo alcance, el objetivo estratégico que como meta señala el final de un camino, que se ha definido como el ‘Socialismo del buen vivir’, el Sumak Kawsay. El buen vivir reúne los mejores hábitos y saberes sobre el vivir de nuestros pueblos ancestrales, de América Latina y el Caribe, de nuestro proceso histórico y los mejores aportes de la humanidad. El buen vivir es un estado de desarrollo integral y salud corporal, emocional, intelectual, ética, moral y espiritual, un estado de plenitud, paz e identificación consigo mismo y con relaciones armoniosas con los demás, el medio ambiente y la naturaleza.
Lo contrario al buen vivir es el mal vivir; es el consumismo, el comprar de forma impulsiva e innecesaria bienes y cosas, es tener sin ser, es tener malos hábitos alimentarios y consumir comida chatarra, enfermarse, sin tomar en cuenta la medicina preventiva y no contar con servicios médicos, agua potable y alcantarillado; que las inteligencias, aptitudes y talentos no puedan cultivarse en adecuados centros educativos y artísticos; que las personas vivan en conflicto consigo mismo y las demás; que las adicciones al fumar, beber y diversas drogas dominen a la sociedad; que predominen las desigualdades económicas y sociales; que no pueda contarse con un trabajo digno; que las comunidades sean dominadas por la inseguridad; que no se respeten los valores éticos, morales y espirituales. Las tácticas del Buen Vivir son las múltiples acciones que deben implementarse para acercarnos a su objetivo estratégico. En la aplicación de medidas tácticas puede darse en el camino errores que deben corregirse; algunos caminos pueden estar equivocados y se reemprenden por otros, no así el objetivo estratégico final que debe ser correcto, porque en caso contrario no servirían de nada todos los esfuerzos tácticos que se realicen. En el proceso electoral de hecho en que nos encontramos, da pena el nivel ideológico, en particular filosófico y político de dirigentes y partidos que se encuentran en contra de la Constitución, Alianza PAIS y el presidente Rafael Correa. Solo alcanzan a pensar que se elimine todo. No se plantea pasar a un estadio superior, sino regresar al pasado: más privilegios para los más poderosos y ricos, más miseria para los más pobres.
El Socialismo del siglo XXI, el Socialismo del buen vivir, Sumak Kawsay, adaptado a nuestra realidad y asumido en nuestra Constitución, no busca el dominio de unas clases sociales sobre otras, el que unas ganen y otras pierdan, sino el ganar todos; invita a todas las personas, grupos, instituciones, sectores sociales y productivos en cada lugar donde se encuentren (barrio, ciudadela, ciudad, comunidad, provincia, región y país) a participar en la solución de los problemas y que por la vía de impuestos equitativos se redistribuya la riqueza: los que tienen más, aporten más en servicio de los más necesitados y del bien común. Mientras existan sociedades inequitativas y pobreza, con bajo nivel cultural y educativo, escasa participación ciudadana, malos servidores públicos y destrucción ambiental, no se alcanzará el buen vivir con derechos por igual para todos, justicia y paz.