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No cabe duda que la profunda crisis sanitaria nos pone frente a la estructuración urgente de un nuevo sistema educativo en nuestro país: la educación digital y a distancia. Si bien es cierto, ya desde hace algún tiempo en Ecuador y en el mundo la capacitación educativa de esta forma se viene dando, esto ha sido principalmente a nivel de estudios superiores on line. Conozco muchos profesionales ecuatorianos que ostentan y exhiben una buena cantidad de seminarios, maestrías y post-grados realizados on line en universidades europeas y latinoamericanas efectuados en poco tiempo y, claro, con buenos resultados en su formación académica. Obviamente, en esta etapa de la vida, se puede decir que es más fácil acoplarse a sistemas educativos de esta naturaleza.
Sin embargo, en el caso de los niños, adolescentes y jóvenes, la situación en términos de la relación enseñanza-aprendizaje, tiene otros componentes, empezando porque los profesores de estos niveles tienen que prepararse para las clases virtuales. No es lo mismo la clase presencial en la que el estudiante y el profesor están directamente y en persona comunicados.
Esto significa que tienen que establecerse nuevas pedagogías y nuevas metodologías de enseñanza, la existencia de conectividad, el disponer en los hogares o en los establecimientos destinados para las clases virtuales de terminales informáticos como tablets y pcs, la determinación de horarios, el tiempo de duración de clases, la calidad de los contenidos educativos y los procedimientos de evaluación, así como los elementos coadyuvantes que faciliten y agilicen la labor docente y el acceso a la información digital de los estudiantes. Es decir, estructurar plataformas educativas que puedan compaginar con las edades de los estudiantes y los grupos de soporte y apoyo para conseguir los objetivos propuestos, en los que la TV y la radiodifusión, deben constituirse en elementos importantes del sistema educativo.
Entiendo que el Ministerio de Educación ya ha venido preparándose para este reto y debe tener los protocolos necesarios para esta nueva etapa que es la educación digital. La pregunta es: ¿cómo los niños, los adolescentes, los jóvenes y los padres de familia que deberán participar en ayuda de sus hijos, lo asumirán? ¿Y en los sectores rurales? Entiendo que el Ministerio ofrecerá previa o concomitantemente, la capacitación técnica adecuada, para que puedan en conjunto responder positivamente. Creo que esto es lo más difícil, pero se saldrá adelante. (O)