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Ecuador olímpico

23 de agosto de 2012

El deporte tiene incontables beneficios para el individuo y la sociedad. En la antigua Grecia, donde se originaron los Juegos Olímpicos, las ciudades-estados en guerra suspendían sus batallas para competir en diversas disciplinas deportivas. Los griegos comprendían que el ejercitarse en el deporte servía como válvula de escape a los instintos de agresividad y también ayudaba a formar el carácter solidario y el espíritu del “juego limpio”.

Consecuentemente, decidieron sostener cada 4 años estos eventos deportivos, conocidos después como olimpiadas. De ahí que, en el siglo I de nuestra era, el poeta latino Juvenal pronunció la frase célebre: “Mente sana en cuerpo sano”.

Hace 15 días, acabamos de presenciar las trigésimas olimpiadas de la edad contemporánea, en la que participaron 205 países, con casi 11.000 atletas en 26 disciplinas distintas. Nuestro país estuvo representado por 36 deportistas que no lograron cosechar ninguna medalla, mientras que nuestros hermanos colombianos conquistaron 8 preseas, evidenciando un notable progreso en la preparación de sus atletas, ubicándose en la posición 38 de la tabla de medallas, diez puestos por debajo de Brasil y tan solo a 2 de Canadá, países mucho más grandes y con mayores recursos económicos destinados al deporte. Asimismo, Jamaica, con una extensión territorial de 240 kilómetros de largo por 80 de ancho y con menos de 3 millones de habitantes, ocupó el lugar 18 en el medallero, detrás de Cuba, que se ubicó en el puesto 16.

Para naciones como la nuestra, el incentivar la práctica del deporte tiene aún mayor valor que en el caso de los países ricos, pues nos enseña a jugar con reglas y normas claras e igualmente a unificarnos como equipo, con el declarado propósito de que el que gana es el conjunto o el país, no el individuo. De igual manera, aprendemos a hermanarnos unos con otros, luchando mancomunadamente por una causa común, aceptando la derrota como gaje del oficio.

Al Ecuador se le presenta una oportunidad en el nuevo ciclo olímpico para Brasil 2016, siempre que se incrementen los recursos económicos del presupuesto para el deporte y se inviertan adecuadamente en la preparación de nuestros deportistas, dándoles un mayor roce internacional con países más competitivos en cada disciplina.

Entonces, debemos iniciar ahora, incentivando a niños y jóvenes en la práctica deportiva, tanto en escuelas y colegios, con el apoyo suficiente en la construcción de canchas y organizando, al mismo tiempo, competencias nacionales e internacionales, con la finalidad de que nuestros atletas tengan una mejor preparación, enfocándonos en ciertos nichos para producir atletas de élite, como Jefferson Pérez y Andrés Gómez, entre otros.

Tomemos como ejemplos: el éxito de Jamaica, que se ha enfocado en las carreras cortas, y a los africanos, en las carreras de mayor distancia. Como epílogo, quiero resaltar la frase bíblica: “Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos serán primeros”.

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