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Es un grado académico honorario, cuyo nombre en latín significa: por el bien del honor, conferido por una universidad o institución que ha obviado los requisitos habituales de matrícula, residencia, estudio y la aprobación de exámenes. Normalmente es un doctorado y en raras ocasiones una maestría, y se otorga a quien no tiene ninguna conexión previa con dicha institución académica. Se confiere para honrar las contribuciones de un distinguido visitante en un campo específico o para la sociedad en general.
El presidente Rafael Correa ganó un doctorado en Economía y ha recibido 10 doctorados honoris causa. El expresidente Rodrigo Borja tiene un doctorado en Jurisprudencia y ha ganado también un número similar de estas distinciones académicas, una de ellas de la Sorbona de París y el viernes pasado la Escuela Superior Politécnica del Litoral le concedió también un doctorado honoris causa.
Para nosotros, los politécnicos, es un justo homenaje a Rodrigo Borja: “Por su excepcional trayectoria política que lo condujo a la Presidencia de la República en donde evidenció sus cualidades de estadista y defensor de la democracia y por el apoyo que su gobierno brindó a la Espol”, que es el texto de la resolución del Consejo Politécnico. Y hay mucho que agradecerle, pues su contribución permitió la culminación del Campus Gustavo Galindo de la Prosperina, la dotación de laboratorios y equipos docentes y muy especialmente el apoyo al desarrollo de los posgrados. El Ing. Luis Parodi, exrector de la Espol, fue su vicepresidente durante un período en el que el país tuvo absoluta calma y respeto a las libertades individuales, a pesar de enfrentar diversos problemas que afectaban la democracia.
La gestión del Dr. Borja como presidente de la República en el campo educativo, hizo que el proyecto Espol nos transforme en la mejor institución de educación superior de Ecuador, con un plantel docente que tiene la mayor cantidad de profesionales con doctorados y maestrías que manejan nuevos proyectos, como la emblemática Zona de Innovación del Litoral Ecuatoriano (ZILE) que congrega a los siete centros de investigación aplicada de la Espol.
Siempre habrá controversia sobre la bondad de otorgar este tipo de reconocimientos. Muchas veces se los ve como una muestra de interés. Y el conceder estos tributos a un político, así ya esté retirado, puede levantar voces de protesta, por lo cual algunas universidades no conceden diplomas honoríficos. Como algo curioso y para destacar la figura del Rev. Theodore Hesburgh, quien fue presidente de la Universidad de Notredame, Southbend, Indiana, Estados Unidos, por 35 años, recibió 150 títulos honoríficos durante su vida. Indudablemente honra a quien lo recibe, sin embargo, puede llegarse a ciertas aberraciones, como el Doctorado Honoris Causa en Letras Anfibias que la Universidad de Southampton en Long Island le concedió a la Rana René, de los Muppets. (O)