Una frase que no termina de tener sentido para mi y que este martes la leí mucho a través de las redes sociales, después de que se conoció que el joven que fue apuñalado en el sector de la Bellavista en Quito, muriera.
Entonces tuvo sentido que para mi la frase carezca del mismo. Descansa en paz. ¿Quién? ¿Cómo? ¿Gabriel? El menor de edad a quien con su celular también se llevaron sus planes, su futuro y su vida. ¿Su familia? Que debió despedirse forzada y violentamente de su ser amado que no hizo nada más que transitar. ¿Los ciudadanos? Que ven que asesinatos, delincuencia y violencia no ocurren solo en las cárceles, provincias en estado de excepción o barrios “peligrosos”. ¿Los delincuentes? Que son un cocktail donde uno de los ingredientes también es la podredumbre del sistema que orilla a los des privilegiados a vidas carentes de oportunidades donde su actividad se resume a matar o morir.
¿Quién? ¿Cómo? Ecuador no descansa en paz desde que solo hay culpables y no hay planes, estrategias ni voluntad. Los ecuatorianos no descansan en paz desde que, además de todo lo que falla, no pueden caminar sin la incertidumbre de saber si llegarán a su casa vivos. Nadie merece vivir así, nadie merece vivir con miedo, nadie merece escuchar un “descansa en paz” más por hechos que se pueden prevenir y evitar cuando se dediquen a hacer su trabajo, a impulsar políticas públicas acordé a la realidad y necesidad del país y a ejecutar acciones en conjunto, sin demagogia.
Es momento de concentrarse en garantizar la base de todo, seguridad, porque sin esto no se puede construir nada más y bastante que nos falta como para no apurarse con el tema. Autoridades, seguro a la familia de Gabriel no le interesa si este problema inició en el Gobierno de uno y se incrementó en el Gobierno del otro, si en serio quieren que alguien “en paz descanse” saquen de su discurso el apellido de uno aumentado el ista y pongan sobre la mesa un plan articulado posible de ejecutar.
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