Ecuador, 29 de Abril de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Juan Montaño Escobar

Del jazzman al Poeta

15 de abril de 2015 - 00:00

“Para aprender matemática y escribir poesía hay que conocer el idioma”, la frase es suya, Poeta. El Poeta (con la imprescindible mayúscula) es Antonio Preciado Bedoya, por si acaso alguien se hace el desentendido. Esas líneas deberían estar en pórticos de centros de educación como grafito de bienvenida, para que la niñez y la juventud alcancen un tropel de viejas ansias por conocimientos y saberes. Y a sus preceptores también. El vecindario, abierto al ventestate de virtudes, sabe de su poesía, por lecturas directas, prestadas o porque su fama, como las lluvias de aquel sábado aguanoso que no cabían en las alcantarillas, nos sirve para desbordar orgullo personal y colectivo cuando hablamos del palenque. El cátala catún balé del corazón nos colma hasta que los latidos se redondean; la geometría perfecta del reconocimiento popular.

El sábado de aguas alebrestadas aludido por usted es la crónica de la prueba definitiva con Nelson Estupiñán Bass, el grande de las letras debía verificar la carga de ashé (este jazzman, prefiere la grafía axê) del poema seleccionado para la opinión inapelable: ¿Tiene o no precisión estética el pampón de palabras? Ahora sabemos, en el origen de las cosas nada está demás, por matemática y por poesía. Y porque la operación algebraica de razón y corazón siempre es igual a la unidad. Aquel encuentro fue en Barrio Caliente, allá donde se cruzan historias y en estas tardes de abril la nostalgia barroca en el frontispicio del estadio Folke Anderson.

Como toda la gente negra habitante de este querido equinoccio, de estirpe cimarrona si las hay, usted viene de allá abajo y como muchos consiguió que la fila de calidad estudiantil empezara por usted, a pesar de las dificultades. A las cuales usted hace referencia como si fueran accidentes menores. No lamenta haber tenido poca habilidad para el fútbol, pero fue gratificado con la amistad de los maravillosos del Amenaza Verde. Aquellos que cargaron a hombro pelado todo el banano que se comió en Estados Unidos y Europa, pero en el entretiempo se aplicaban en hacer del balón un estupendo instrumento servil.

San Antonio esconde a Exú, préstamo de imagen del santo europeo a la divinidad afroamericana en altares de templos para engañar intolerancias y exclusivismos. O como escribe, usted, Poeta, son tocayos en nombre y potencia de finura. Barrio adentro se diría son socios, carnales o ekobios. Prodigiosa sociedad para encender hogueras de estrellas, pero de las más altas y en planetas barriocalenteños, para que ardan. O para aguzar la vista y ver que nueve profundos cuervos cuelgan de nubes de malos presagios. Es compartir artes y ciencias de Exú, para la solidaridad con las Doñas Joaquinas de cada favela americana, con sus anemias pensativas y a la vez sus indignaciones reumáticas. El poeta es usted y esta jam-session ha evitado las comillas, porque no deseo abandonar la oralidad y luego usted pregunte por el acobardado que no quiso cargar con su voz. (O)

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media