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Así se autoproclaman los que hoy lanzan a los cuatro vientos la premisa falsa de que en Ecuador no hay libertad. Sin embargo, todos los días cuestionan -desde sus medios de desinformación- al Gobierno ‘controlador’; critican al Gobierno ‘impuestero’, al Gobierno ‘autoritario’. En fin, se quejan de todo y… ¿qué proponen? ¿Alguien conoce qué proponen? Lo que sí se conoce es que fueron ellos los que, a inicios del siglo pasado, imprimían billetes para conceder créditos a los gobiernos de turno; así, encarcelaron la posibilidad de que se atendiera al pueblo en sus múltiples necesidades; garantizaron -desde luego- la libertad de chulco. Fueron ellos los que, con falacias repetidas mil veces, asesinaron a Eloy Alfaro porque la Revolución Radical era peligrosa para sus fortunas mal habidas y sus ansias de poder.
Fueron ellos los que, el 15 de noviembre de 1922, ordenaron a su títere José Luis Tamayo que controlara al pueblo guayaquileño ‘cueste lo que cueste’. Resultado: cientos de cadáveres arrojados al río; cientos de cadáveres enterrados en fosas comunes.
Fueron ellos los que se opusieron -a rajatabla- a las patrióticas reformas de la Revolución Juliana, porque afectaban sus bolsillos. Les disgustó la creación del Banco Central, de la Caja de Pensiones, del Ministerio de Bienestar Social y Trabajo. Les irritó la expedición de la Constitución de 1928, muy avanzada para la época.
Fueron ellos los que combatieron a la ‘Gloriosa’ de 1944 y maniobraron para colocar a Velasco Ibarra en el poder. Fueron ellos los que, en el gobierno del socialcristiano Camilo Ponce, masacraron al pueblo guayaquileño el 2 y 3 de junio de 1959. La libertad fue asesinada en las calles y portales de Guayaquil.
Fueron ellos los que -utilizando a los dictadores militares de la década del sesenta - persiguieron, torturaron y encarcelaron a los militantes de izquierda. Fueron ellos los que, en contubernio con los ‘triunviros’, asesinaron a los trabajadores de Aztra.
Fueron ellos los que, con genuflexiones e incienso, recibían a las delegaciones extranjeras para firmar las ‘Cartas de Imposición’, encarcelando la dignidad de la patria. Fueron ellos los que firmaron los TBI, convirtiendo en prisionera de las transnacionales a la soberanía del país. Fueron ellos los que, con la expedición de la Constitución de 1998, prepararon el asalto financiero de 1999. Luego del feriado bancario la República del Ecuador se transformó en una gigantesca prisión, cuya fuga desesperada y masiva ellos la llamaron migración.
Son ellos los que, desde el primer día, se oponen al gobierno de la Revolución Ciudadana. Reciben instrucciones de los jefecitos extranjeros y realizan acciones en favor de la restauración conservadora.
¿De qué libertad hablan los que -cuando fueron Gobierno- no supieron defender los intereses de la patria, los intereses del pueblo? ¿De qué libertad hablan los ineptos que formaron parte de los nefastos gobiernos neoliberales? ¿De qué libertad hablan los que borraron de sus diccionarios palabras tan importantes como: valentía, soberanía, dignidad, solidaridad, amor a la patria?
La libertad que ellos defienden -a la luz de la historia- es aquella que les permita someter a los gobiernos populares, conservar sus privilegios, incrementar sus fortunas y masacrar al pueblo.