El pasado 17 de diciembre fueron liberados los 3 prisioneros cubanos Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Gerardo Hernández, condenados a cadenas perpetuas. Ya habían sido liberados dos, por haber cumplido sus penas: René González y Fernando González Llort. Los cinco, acusados de ‘espías del gobierno cubano’, detenidos en la Florida el 12 de septiembre de 1998, son héroes porque en ningún momento se rindieron, no obstante la dureza de las sentencias y sus condenas en prisiones de alta seguridad. Sus trabajos consistían en recopilar información sobre futuros actos terroristas a realizarse contra Cuba para poder prevenirlos. Sancionados por el odio a su revolución, fueron condenados por delitos graves que no cometieron.
Asimismo, fue liberado el contratista estadounidense Alan Gross, de 64 años, condenado a 15 años de prisión, acusado de ‘acciones contra la integridad territorial del Estado’. Ya había cumplido cinco.
Además del canje de personas, se restablecieron las relaciones diplomáticas, interrumpidas desde el 3 enero de 1961. El presidente Barack Obama reconoció que la política hacia el gobierno de Cuba había fracasado y el embargo había sido innecesario. Como dice el refrán popular: “Todo comentario es tarde”. El criminal bloqueo se impuso en 1962, el más prolongado que conoce la humanidad. Once administraciones lo han aplicado y recrudecido. Más del 70% de los cubanos lo han vivido. Las pérdidas le han ocasionado alrededor de cien mil millones de dólares. No obstante de que la Asamblea General de la ONU, con el apoyo casi unánime de sus miembros, aprueba por 23 años consecutivos que se le ponga fin. Su objetivo ha sido aislar a Cuba para hacerla claudicar.
Ya están, pues, los tres héroes disfrutando de la solidaridad y la alegría de su pueblo. El que ha vivido estos 56 años con muchas limitaciones, pero con mucha dignidad, fundada en su propia cultura, sus tradiciones, sus problemas. Creando un socialismo propio, sencillo, valiente, alegre. Un pueblo que logró ser feliz a su manera. Que jamás dudó que regresarían. Que fue solidario con su causa los 16 años de la prisión. Como lo fue la solidaridad mundial en diferentes manifestaciones. Podemos afirmar que su liberación es un triunfo de la solidaridad internacional. Así como la que continuará en la lucha por el levantamiento del bloqueo comercial.
No podemos pasar por alto la actitud valiente y hasta audaz del presidente Obama, al conceder la libertad de los tres héroes y aprobar el restablecimiento de las relaciones diplomáticas de Cuba con su país, donde más de la mitad de su población respalda su decisión. Si bien en su determinación influyeron algunos factores políticos internacionales que han provocado la baja estima de su gobierno, su gesto, a más de político, lo reivindica ante la historia, fundamentalmente la de los pueblos latinoamericanos, como un presidente pluralista, humano. Ojalá no siga la suerte del presidente Kennedy, asesinado cuando creaba condiciones para un acercamiento a Cuba.
Igualmente, elogiamos el papel que jugó el papa Francisco en el logro de los entendimientos. Ya lo hemos expresado en otras ocasiones, que es un papa diferente, por lo que es la figura religiosa más significativa de nuestro tiempo.
Saludamos con profunda emoción el regreso de los tres héroes. Ya están los cinco en casa. Mas, esta historia de combate y amor revolucionario no ha terminado. La lucha en el Congreso norteamericano por el levantamiento del embargo será dura, dada la mayoría republicana. Pese a ello, Cuba de nuevo triunfará.
Entre tanto, su pueblo sigue desbordando humanismo y solidaridad.