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El Telégrafo
Oswaldo Ávila Figueroa, ex docente universitario

De las oraciones y promesas a la realidad

03 de enero de 2015

Terminó diciembre, mes de aparente tranquilidad social, de promesas y fervientes llamados a la solidaridad universal. Se difundieron como mensaje navideño,  la cultura de paz e igualdad entre los seres humanos y místicas oraciones con prédicas a la inversión de esfuerzos por construir el amor, el respeto y la generosidad.

Se escribieron estremecedoras notas editoriales exaltando los valores éticos e insistiendo en su total recuperación, extraviados en los avatares de la vida y de la actividad política, principalmente. La iglesia recordaba que para el disfrute de un ambiente de paz, se requiere el compromiso de todos con prevalencia del respeto mutuo, la práctica de la tolerancia, la honradez y desterrar, definitivamente, el afán desordenado de riqueza.

Pero, la realidad es diferente, solo palabras cruzadas y difundidas en una época de veneración religiosa, de  espiritual recogimiento, de promesas y arrepentimiento. Terminada la euforia de los festejos de diciembre, ya comenzaron los destellos de la agresiva oposición, como siempre confundiendo la actividad política como un vulgar negocio y que en el 2014 sufrió grandes pérdidas y se alista, como es lógico suponer, a recuperar el monto de sus inversiones.

Estamos  viviendo una nueva época hacia la construcción de una patria grande donde prevalezcan el respeto a la verdad, la aplicación de la justicia y la igualdad de oportunidades. Es lema y norma del régimen que la “Participación Ciudadana es un derecho garantizado por el Gobierno Nacional y que consiste en “establecer formas y procedimientos que permitan a los ecuatorianos hacer uso de mecanismos de democracia de manera directa”.

La oposición extraviada, intenta recuperarse y ya anuncia, aunque sin solventes líderes, reanudar, feroz combate en el 2015, centrando sus disparos contra el conductor de la Revolución Ciudadana, Rafael Correa Delgado, el único invencible aspirante a la reelección en el 2017, llamado por la historia a terminar su proyecto político. Los agresores con todos sus matices, desertores, falsos izquierdistas, oligarcas y prensa comercial, como no pueden luchar contra la verdad, se preparan con las mismas armas de siempre, los ‘periodicazos’, amplia cobertura a los mediocres, sensacionalismo a las movilizaciones sin sentido y perdigones de ofensas contra el primer mandatario.

Nadie ignora, ni puede desconocer, que Rafael Correa es un político de virtudes, de vasta preparación  académica y nobles sentimientos, que se mantiene en la lid por mejorar las condiciones de vida de los desamparados. El pueblo se ha organizado y se adhiere con civismo a la era de las reivindicaciones. Está presente para expresar su apoyo, en todos los actos organizados por Alianza PAIS.

El 2015 es un año de nuevos retos para la Revolución Ciudadana, difícil, de lucha firme, pero que con el apoyo popular será posible continuar con el proceso de cambio hacia un mundo de justicia social.

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