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El 26 de octubre de 2005, el Ecuador amanecía con una particular noticia, los medios de comunicación daban a conocer sobre la muerte de José Cabrera Román, notario segundo de Machala. De inicio, dicha información, no generó mayor interés en la ciudadanía, sin embargo, días más tarde, se produjo un sacudón muy fuerte en varias provincias del país, una vez que se conoció algo que ya era un secreto a voces. Había mucho dinero en juego.
El Notario Cabrera se había dedicado a captar, en su oficina, dinero a cambio del pago de altos intereses (10% mensual), por lo que manejaba dineros de miles de personas que le habían depositado su confianza. Con su muerte, una ola de incertidumbre se desató en varios sectores, la cual se profundizó a partir del 7 de noviembre cuando sus herederos, José y Carolina, abandonaron el país rumbo a Estados Unidos.
Días más tarde la ciudadanía observaba estupefacta cómo un grupo de militares y policías asaltaba en Machala las oficinas del notario, para llevarse numerosas cajas y paquetes llenos de dólares, disputándose a empujones el dinero encontrado en las oficinas del notario. Ello se sumaba a las acciones de un enardecido grupo de ciudadanos que requisaba en forma desesperada a cada uno de los asaltantes. Mientras tanto, varios vuelos de aviones de la FAE cargados de grupos de militares se sumaron al asombroso saqueo.
Por varios días, la ciudad de Machala estuvo en la palestra pública por ser el escenario donde se había originado una de las estafas de mayor connotación nacional e internacional y que dejó a miles de perjudicados tras la muerte del ex notario.
En mencionado caso, estuvieron envueltos miembros del Ejército Nacional, la Fuerza Aérea, Policía Nacional, ex ministros y alcaldes, gerentes de entidades financieras, miembros de la Corte de Justicia de Machala, representantes de la entidad electoral, agentes fiscales y demás ciudadanos, llegando a un total de 25.983 clientes.
Lo ocurrido generó un debate profundo en torno a la importancia de generar una mejor educación y cultura financiera en el país, a fin de evitar que la ciudadanía sea víctima de nuevas estafas. El tiempo pasó y la gente fue olvidando de a poco este curioso caso.
Dieciséis años después, es inevitable recordar la historia del notario, al ver cómo hoy un militar asegura poder pagar hasta el 90% de interés en tan solo ocho días.
Si bien entidades como la Superintendencia de Bancos han alertado sobre la existencia aproximada de 114 empresas e instituciones que comercializan productos crediticios y de inversión a bajas tasas de interés, en el Ecuador se mantiene un serio problema de educación financiera que las entidades encargadas no han podido solventar.
En ese sentido, urge una acción conjunta que tome en cuenta las situaciones y necesidades que hoy afrontan muchos sectores del país, los cuales se han profundizado producto de la pandemia