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El Telégrafo
Ketty RomoLeroux G.

Cuba y los tres papas

08 de octubre de 2015

Aunque parezca extraño, Cuba, el único Estado socialista de nuestra América Latina y Caribeña, ha sido visitada en forma sucesiva por los tres últimos papas: Juan Pablo II en 1998, Benedicto XVI en 2012 y en estos días el papa argentino Francisco. Nombre tomado en homenaje a Francisco de Asís, santo italiano fundador de la Orden Franciscana, símbolo de la pobreza.

Recordemos, que en los inicios del proceso revolucionario, la Iglesia estuvo abiertamente en contra de este, no obstante que el Concilio Vaticano II, bajo la dirección del papa Juan XXIII estimuló el nacimiento de una Iglesia solidaria con los oprimidos, la llamada Teología de la Liberación.  

Cuando llegamos a La Habana, dos meses después de la visita de Juan Pablo II, la gente se expresaba muy bien de él. Traían a la memoria sus hermosas expresiones, como estas: “Frente a la globalización de la pobreza, opongamos la globalización de la solidaridad”, “Cuba debe abrirse al mundo y el mundo debe abrirse a Cuba”. Mas, no fue casual su llamado a la Iglesia a jugar un rol protagónico en el futuro de Cuba.  

A su fallecimiento, el 2 de abril de 2005, le sucedió Benedicto XVI, quien la visitó en marzo de 2012.  Entonces, ya Raúl había asumido la Jefatura del Estado, por la enfermedad de Fidel.  

Para la Iglesia católica, las dos visitas papales constituyeron momentos de reafirmación de la fe y de que la misma no se haya convertido en una barrera para el desarrollo personal y participación social. No obstante, ambas visitas persiguieron el objetivo político fundamental de que la Iglesia acceda a los más amplios espacios, para entorpecer el proceso revolucionario.

De ahí que la pasada visita del papa Francisco a Cuba, a diferencia de la de los papas anteriores, la realizó con una visión más completa de los procesos latinoamericanos, por ser seguidor de la doctrina social de la Iglesia, convirtiéndose en el tercer pontífice que la visitó. No olvidemos que jugó un papel importante como mediador entre EE.UU. y Cuba en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, el pasado 17 de diciembre, interrumpidas durante 53 años. En su estancia, visitó La Habana, Holguín y Santiago. Acudió al Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de la isla. En fin, realizó un sinnúmero de actividades y absolvió peticiones. Entre estas se pronunció  por la eliminación del criminal bloqueo económico.

Reflexión: El hecho de ser latinoamericano, mejor  conocedor de los graves problemas sociales que aquejan a sus pueblos, hace que el papa Francisco tenga una mejor comprensión de la vida. Como ciudadano argentino conoce de la pobreza de nuestros pueblos, de sus necesidades, del subdesarrollo, de las dictaduras sangrientas impuestas por el imperio norteamericano.

Por eso, en uno de los encuentros que compartió con el pueblo cubano dijo: “Gracias cubanos, por hacerme sentir en familia”. (O)

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