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El 1 de marzo, mientras en Montevideo ‘Pepe’ Mujica entregaba el poder a Tabaré Vázquez, en Buenos Aires se cumplía un acto trascendente: el último mensaje de la presidenta Cristina Fernández ante el Parlamento de su país.
La ofensiva mediática contra los gobiernos progresistas de la región había convencido a muchos de que Argentina estaba casi paralizada, debido a las acusaciones del ‘partido judicial’ contra la mandataria y sus funcionarios y que, alrededor del tema, giraba toda la vida de la nación. El mensaje que Cristina Fernández dio aquel día mostró un país en movimiento, en el que se siguen alcanzando grandes metas dentro del dinámico proceso iniciado en las administraciones de Néstor y Cristina Kirchner.
Argentina ha sido víctima de múltiples ataques, entre ellos de los ‘fondos buitre’, que llevaron -incluso- a la incautación de la nave insignia durante una gira por África. El juez Griesa ha sido el agente de los mismos, tratando de que la república caiga en default ante sus acreedores, al ordenar la retención de los fondos consignados para su pago. La gobernante hizo una larga exposición acerca de la política de desendeudamiento desarrollada con pleno éxito, todo ello sin perder su manejo soberano, lo que permitirá a los futuros gobiernos no padecer de ese agobio.
Un punto importante, dentro de la reseña de obras de infraestructura fundamentales para el desarrollo del gran país, es la recuperación de empresas que fueron privatizadas y casi liquidadas en gobiernos anteriores, dentro de la visión neoliberal que los guiaba. Entre ellos Aerolíneas Argentinas y la empresa de ferrocarriles, a las que se ha insuflado nueva vida.
La política laboral mantenida explica la adhesión de la mayor parte de la masa trabajadora. El Gobierno ha sido consecuente al realizar 25 incrementos salariales, incluyendo a quienes realizan trabajos domésticos remunerados. Se ha incrementado notablemente la cobertura de salud y se otorgan casi veinte vacunas a los infantes, niños y adolescentes. El apoyo a la educación ha merecido reconocimientos internacionales, otorgados por entidades de carácter mundial. La investigación científica ha sido privilegiada y satélites argentinos dan prueba de aquello.
Como se esperaba, salió el tema AMIA por parte de sus opositores. La jefa de Estado fue enfática al recordar que, desde 1994, ella ha integrado diversas comisiones orientadas a descubrir a los autores del atentado. Mencionó que, en 1992, una explosión en la embajada de Israel causó 29 muertes. Reclamó al Gobierno de ese país por no reivindicar esa tragedia y pidió encauzar las investigaciones en el entorno internacional, para descubrir a quién se favorece, dentro del ajedrez mundial, en momentos en que se busca un acuerdo sobre el uso de la energía nuclear por parte de Irán.
La contundente respuesta de Cristina ha dejado sin argumentos a muchos opositores, pese a que la persecución continúa a través de la ofensiva mediática y las acciones judiciales, que lo que pretenden es restar posibilidades a su coalición en las próximas elecciones.