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Han transcurrido pocas horas desde el anuncio de la autoridad electoral respecto a la tendencia irreversible tenida en el procesamiento de actas de escrutinio, misma que marca que usted y su compañera de fórmula, doña María José Pinto, son los ganadores del balotaje presidencial de 2025, convirtiéndose así en las autoridades de nuestra patria, para un periodo de 4 años. La campaña culminó. La tarea sagrada usted la ha retomado desde el día de ayer (dado que la venía ejerciendo desde hace más de un año). Lo que corresponde, más allá de las felicitaciones correspondientes, es solicitarle (como creyentes que somos) que se encomiende a Dios para que Él lo ilumine y lo conduzca a impulsar un estilo de gobierno profundamente centrado en la gente, de tolerancia cero frente al enemigo y su accionar, de apertura al diálogo (sin excepción) atado a resoluciones en conjunto (evitando esas prácticas de antaño conocidas como “diálogo de sordos”), y donde “todas las voces, todas” estén presentes.
… centrado en la gente: dado que hay dificultades, tanto dentro como fuera del país y de la región. Para muestra: el aparato económico global marcado por la recesión, y la política arancelaria y sus efectos en la política comercial en EE.UU. El corazón de su mandato, sugiero, debe estar en acondicionar el entorno de política económica en aras de generar: por un lado el poder mitigar el impacto indirecto generado exógenamente, y, por otro lado, es de vital importancia ya que constituye la vía más idónea para que la protección, la exclusividad y perpetuidad del Dólar sea absolutamente posible y sostenible; y, en definitiva, provocar crecimiento y la disponibilidad prudente de las reservas internacionales.
… de apertura política partidista y social: la sociedad ecuatoriana está polarizada; es un hecho, y aquello remarca aún más los nudos críticos que en ella gravitan. En sus manos está la oportunidad de oro de que su gestión se caracterice por abrir las puertas para dialogar (con líneas rojas, desde luego) con quienes están en la otra orilla, y de otras corrientes políticas y sociales. Tienen legitimidad, indiscutiblemente. Y hoy, más que nunca, el país necesita que su líder estimule con el ejemplo en cuanto a que sí se puede estar en una misma mesa con el adversario, y todo sea por la causa: Ecuador. Estimo que usted puede profundizar aún más que “la página se ha virado”, y exponer así que hay un Presidente demócrata, estadista y que gobierna y conduce el país en conjunto con los gobernados. Si se requiere ceder, de ambos lados, para lograr avanzar en temas legislativos especialmente, considero habrá que dar ese paso; transitando así de gobernar (nosotros) “por haber ganado elecciones”; para pasar a gobernar juntos “aunque (nosotros) hayamos ganado elecciones”.
… todas las voces, todas: usted lo remarcó en su discurso la noche del 13 de abril: mis bases son poco convencionales: jóvenes y comprometidas. Hoy la nación debe enfrentar varios desafíos que todos los conocemos, y para ello se requerirá muchas manos. Presidente, hay gente decente y de buen corazón. Tal vez no militaron o militan porque están centradas en “llevar la papa a su mesa”; pero tienen talento, están académicamente formadas y tienen sentido de patria. Un valor agregado de su presidencia estará al incorporarlas a su gobierno, superando ese lema del pasado sobre ellas: “hay que darles un trabajito, porque están desempleados”; para ahora expresar sobre ellas: “su criterio y recta intención los hace ser necesarios y valiosos”