Publicidad

Luis Ignacio Lula da Silva ha sido condenado a doce años de cárcel y su posible ingreso a prisión dificulta su candidatura para las próximas elecciones brasileñas, dejando fuera de juego al candidato más opcionado según las encuestas. Pero independientemente de la situación que para el Partido de los Trabajadores se viene en los próximos meses, el escenario que se genera a nivel nacional y regional va mucho más allá de una simple elección.
Esta situación supone el fin de uno de los principales líderes latinoamericanos de la izquierda en las ultimas décadas. Lula logró que Brasil entrara al grupo de las principales potencias económicas, además de sacar a más de 30 millones de brasileños de la extrema pobreza. Pero no todo fueron bondades en el gobierno del expresidente del país carioca, en esos años saltaron varios escándalos de corrupción; Petrobras, Odebretch, no solo afectó a Brasil, sino a toda América Latina.
Lula es mucho más que un líder aislado de la izquierda latinoamericana, se trata, seguramente de uno de los mayores exponentes del llamado socialismo del siglo XXI, ese movimiento “ideológico” que aglutinó a líderes como Evo Morales, Rafael Correa, Kirchner (Néstor y Cristina), Pepe Mujica, Chávez, Maduro, entre otros y que en este momento, está seriamente cuestionado por la justicia.
Este es solo un ejemplo de lo que la mayoría de estos líderes están empezado a sufrir. La corrupción y el descrédito de años de gestión con grandes luces y grandes sombras, sitúa a la verdadera izquierda latinoamericana, la que la mayoría de estos líderes jamás representaron, en una posición francamente complicada, donde limpiar y lavar su nombre, será una difícil tarea. Augurar la llegada de gobiernos conservadores para toda la región es tarea fácil, pero debemos estar alerta en relación con las consecuencias que estos podrán generar.
Mas allá de lo que supone el encarcelamiento de Lula, hoy posiblemente se entierra y se condena una forma de entender la política en la región, que ha terminado con la ilusión de millones de ciudadanos que llegaron a creer en un proyecto, que hoy es condenado públicamente. (O)