Se cumplieron 8 años del gobierno de la llamada Revolución Ciudadana, período amplio para realizar un análisis de sus logros y retos. En este artículo evaluaremos los aspectos económicos y sociales coyunturales; en el próximo trataremos los temas estructurales.
En lo económico, hay avances en cuanto a los principales indicadores económicos y en reformas institucionales entre las que destacan la de un gobierno fuerte y un mayor tamaño del Estado orientado a la construcción de infraestructura, más regulación y control de los agentes económicos; una reforma fiscal que aumentó los ingresos tributarios y redujo la dependencia presupuestaria del petróleo; la recuperación de sectores estratégicos con empresas públicas, etc.
En cuanto a los indicadores, un aspecto destacable es la estabilidad económica que ha permitido, en promedio, entre 2007 – 2014, un crecimiento de 4,3% que está por arriba del de América Latina. Este resultado ha sido posible por el mayor dinamismo del sector no petrolero, el gasto público y los precios del petróleo. Ha habido una bonanza económica, pero en 2015 el país se enfrenta a varios shocks externos que afectan el equilibrio externo e interno.
En lo social, la característica importante es que el crecimiento se orientó a la redistribución del ingreso, reducción de la inequidad y mejora de las condiciones de vida de la población. En efecto, a diciembre de 2014 la tasa de desempleo bajó a solo 3,8% y la de subempleo a 46,6%. En otras palabras, aumentó la tasa de empleo adecuado y se redujo el inadecuado, pero el desafío, en materia laboral, es reducir este último y del sector informal (53,4%). Respecto a la inequidad, se ha reducido la concentración del ingreso y la pobreza urbana disminuyó en 6,1% y la rural en 17,8%; o sea, hay menos pobres. Respecto al nivel de vida, el aumento de la inversión social en infraestructura, equipamiento y recursos humanos permitió mejorar y aumentar la cobertura de servicios de educación, salud y vivienda. Por eso la gente, en la encuesta de Cedatos, dio una aceptación promedio de 65% a esta mejora social. El reto es hacer sostenible estos avances.
También se ha registrado estabilidad de precios, pues la tasa de inflación, a diciembre de 2014, es de 3,6%, o sea, de un dígito que, con la política de aumento salarial, ha mejorado la capacidad de compra de la canasta básica. En buena medida, la dolarización ha contribuido a dicha estabilidad.
Otro aspecto importante es la construcción y mejora de la infraestructura física con hidroeléctricas, telecomunicaciones, carreteras, puentes, aeropuertos, puertos artesanales, represas, etc., que ha mejorado la movilidad y servicios con fines productivos, turísticos, comerciales, etc. La encuesta muestra que estas tienen un 75% de aprobación.
En la coyuntura actual, con los shocks externos, el desafío es, con menos ingresos petroleros, mantener la estabilidad económica, continuar con la política de inclusión económica y social, repensar el tamaño del Estado y más incentivos a la inversión.