Los mismos rostros de siempre; algunos, todavía cobijados en el extinto MPD; los residuos del socialcristianismo, desertores del gobierno de la Revolución Ciudadana, sindicalistas apropiados de siglas para el usufructo personal, ciertos frustrados de la dirigencia indígena y jóvenes embaucados y sin noción de lo que hacen; se agruparon para marchar en varios sectores de la geografía, como demostración de protesta contra el régimen del Buen Vivir, pero sin precisar el alcance de sus objetivos, por lo que se deduce que, en el fondo, prevalece la intención de fortalecer la oposición y apuntalar el sueño presidencial del exbanquero Guillermo Lasso y, para ello, insistir en la consulta y en el tema de la reelección sin límite. Se trata de una movilización de los mismos de siempre, exhibiendo promesas que nunca cumplieron, en su oportunidad, y que ahora, en ridículas poses, pretenden engañar a sus escasos seguidores, encabezando marchas sin sentido, y solo por entorpecer el proceso de cambio y fastidiar al líder del socialismo siglo XXI, Rafael Correa Delgado.
Tras la marcha de la frágil oposición, el asesor y financista, el presidencialista de CREO, se esconde y se abstiene de explicar el objetivo, de la llamada ‘movilización masiva’. Los organizadores y sus seguidores desconocen el contenido de las reformas laborales, solo insisten en destacar el pacifismo de los marchantes, aunque, disimuladamente, alentados por la prensa comercial, dejan entrever un probable desestabilizador paro general. Ignoran que las reformas al Código de Trabajo y a la Ley de Seguridad Social tienen 5 ejes: derecho a la estabilidad, la equidad, la modernización del sistema salarial, la democratización de los sindicatos y la seguridad social. Amplios sectores califican de insensatez oponerse a que las mujeres embarazadas sean despedidas de sus cargos, como ha sido costumbre, y que las amas de casa reciban seguridad social.
Es lamentable que determinados políticos, dizque de izquierda, que se fueron del proceso de la Revolución Ciudadana, se unan a la oposición por intereses y ahora se adhieran, vergonzosamente, a la corriente que propugna otra vez la candidatura ultraderechista de Lasso. Aún funcionan agrupaciones políticas con falsos líderes, programas de gobierno irrealizables y un ejército de ‘tirapiedras’. Mediante la práctica del chantaje y debilidad de los regímenes de turno, algunos dirigentes alcanzaron notoriedad momentánea, y hoy pretenden recuperar posiciones para disfrutar de riqueza, placer y ocio. Esos aventureros de la política, en el colmo de la audacia, pretenden volver a las urnas en 2017, cogidos de la mano de la rancia bancocracia del Ecuador.
El gobierno de Alianza PAIS asume un gran desafío para completar su proyecto político y, para ello, decide mantener la movilización popular y renovar sus cuadros de dirigencia en todos los niveles. Hace rato se inició un duro enfrentamiento, sin tregua, a tiempo completo, entre los mismos de siempre, en alianza con la pútrida oligarquía, el poder del dinero, la bancocracia y la prensa comercial, y el conductor del gran cambio social y económico que se opera en Ecuador con proyección en Latinoamérica.