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Tres momentos del país en medio de la peste covid-19: a) anuncio presidencial de medidas económicas; b) disposición de reducción del ingreso mensual presidencial, vicepresidencial, de ministros y viceministros; con cobertura en todas las funciones estatales, incluyendo a los GAD. Y, c) la iniciativa del BIESS con la CFN para acompañar financieramente a las PYMES, mediante una línea de crédito de hasta $ 100 mil, con tasa de 8,95% (reajustable) y de hasta 18 meses para honrarlo.
Volando con mi imaginación pienso que, si fungiría de asesor presidencial…
“Señor presidente: sabemos que debemos, con prioridad: solidificar el aparato sanitario; sostener la liquidez productiva; y, amparar –socialmente– a quienes más lo necesitan; si no, saltaremos de la gravedad de salud a la gravedad económica. Ahora, si me permite: no estamos del todo navegando para evitar ese salto:
1. Lo anunciado debe fortalecerse vía anuncio de supuestos económicos y de estimación previa del impacto. 2. Crédito para PYMES debe ser tasa lo más cercana a 0, e invitando a actuar en equipo a la banca pública y privada; 3. Flexibilizar pagos empresariales (interesante lo dicho por la Cámara de Comercio Guayaquil, en cuanto a pausar pago de tributos y, finalizada la emergencia, pago vía prorrateo anual), y mecanismos de incentivos laborales y tributarios para evitar despidos en masa o, peor, cierres permanentes (pienso en figura licencia sin sueldo para la suspensión emergente, añadiéndole lo dicho por el Ab. Ledesma: suplir con seguro de desempleo); 4. Anuncios del viernes se vuelven insuficientes sino aprovechamos al máximo a los Organismos Multilaterales (pienso en tocar las puertas de China para inyección de liquidez, o, como lo dijo el Alcalde de Quito cuando fue asambleísta: pasar el sombrero a países amigos); 5. No escuche a quienes proponen subir impuestos, es suicidio económico. (O)