Publicidad

Es el objetivo principal del gobierno de la Revolución Ciudadana y debería ser la meta de todos los ecuatorianos. Tener un ingreso menor a $ 73 mensuales y acceder en forma limitada a los servicios básicos de agua potable y alcantarillado o carecerlos del todo son las condiciones que caracterizan a una persona pobre en el Ecuador.
De acuerdo al INEC, son 4,3 millones de ecuatorianos que viven en la pobreza y el 63% (cerca de 3 millones) vive en zonas rurales. Los contrastes son muy grandes; mientras en la zona urbana de la ciudad de Guayaquil más del 95% de la población tiene los servicios básicos; en el Golfo de Guayaquil, el 82% de sus 4.000 pobladores que habitan en 13 islotes tiene luz solo 5 horas al día y se abastecen de agua potable una vez a la semana. Y lo que es peor, 73% de esas personas vive en hacinamiento.
El Dr. C.K. Prahalad, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Michigan, nos hace una simple propuesta: “Dejemos de pensar que el pobre es una víctima o una carga, reconozcamos que él es un resistente y creativo emprendedor y un consumidor consciente del valor, entonces se nos abre un mundo nuevo de oportunidades”. Cuatro mil millones de pobres en el mundo serán el motor del próximo ciclo de comercio mundial y prosperidad. Y serán también la fuente de innovación. Es por eso que muchos sectores industriales y de negocios internacionales están poniendo sus ojos en África y Latinoamérica, buscando la forma de trabajar conjuntamente con las organizaciones de la sociedad civil y los gobiernos locales. Servir a estos consumidores de la ‘base de la pirámide’ como los llama Prahalad, demandará creatividad e innovación en tecnología, productos, servicios y modelos de negocios.
La Universidad de Texas, en Austin, por medio de su departamento de Innovación, Creatividad y Capital (IC² por sus siglas en inglés) quiere utilizar su experiencia lograda en 21 países en el mundo y aplicarla en Ecuador para desarrollar un trabajo conjunto entre una red de universidades que proporcionen la investigación necesaria para lanzar nuevos emprendimientos, el Gobierno que aporte con leyes y regulaciones que motiven y faciliten el desarrollo de nuevas pymes y la empresa privada que contribuya con el financiamiento y, sobre todo, la sabiduría acumulada en el manejo de negocios y se inicie la acción incubadora del desarrollo económico y la transformación social.
El Dr. Gregory Pogue, del IC², vino invitado por la Espol a presentar este importante proyecto que ya fue todo un éxito al hacer de Austin, una ciudad texana alejada de los centros bursátiles e industriales, que venía reduciendo su población y con un galopante desempleo, en un centro de ferviente actividad económica. Considero que nuestro mayor activo es nuestra numerosa gente joven, y para ella deben estar orientados todos los proyectos que alivien y eliminen la pobreza.