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Edmundo Vera Manzo

África: racismo y sobreexplotación occidental (1)

13 de diciembre de 2014

Decenas de años África sobrevive un genocidio, xenofobia, racismo y sobreexplotación de su riqueza natural. La trágica situación de África no fue causada por los africanos. Ningún otro continente ha recibido tanto odio y destrucción. Son los países de la Europa Occidental los que más han destruido al África en toda su historia. Posiblemente la raíz del odio al africano no blanco sea que los racistas europeos no perdonan que la especie humana apareció en África.

África es el continente más sobreexplotado en su naturaleza, animales y personas, estas últimas tanto en los aspectos físicos, culturales y espirituales en los últimos 500 años y, posiblemente, en toda la historia de la humanidad. África se encuentra asociada a la mayor vergüenza: el que los africanos no blancos hayan sido y todavía en gran parte sean considerados como cosas, que es el significado de esclavos.

Mucho antes del siglo XV se practicó la esclavitud en África, su multiplicación exponencial se produjo cuando los europeos invadieron, colonizaron y explotaron América y requirieron mano de obra para la explotación agrícola. Muchos millones de africanos fueron cazados y vendidos. En este vergonzoso tráfico se destacaron Portugal, España, Holanda, Dinamarca y a la cabeza, Inglaterra, que dominó el negocio por varios siglos. Muchos esclavos africanos murieron en la travesía. La mayoría fue arrancada de sus raíces geográficas y culturales y pasó a construir nuevas identidades. Su patrimonio cultural fue saqueado. Las pirámides egipcias se salvaron por su peso, no pasó lo mismo con sus sarcófagos, momias y obras de arte que pasaron a los museos europeos, en especial de Inglaterra, que tienen más obras de arte que los propios egipcios.

Como parte de la lucha de la liberación de los pueblos colonizados en todos los continentes en la década del 60 del siglo XX se destacaron los africanos Mehdi Ben Barka, Amilcar Cabral, Ahmed SeKouTouré, Agostinho Neto, Luis Cabral, Sam Nujoma, Cheddi Jagan, Mwalimu Julius Nyerere, Blade Nzimande, Nelson Mandela, Mohamed Abdelaziz, entre otros, y en especial Patrice Emery Lumumba, primer ministro de la República Democrática del Congo, asesinado por el coronel Désiré Mobutu bajo las órdenes de la CIA y el reino de Bélgica.

En los últimos 20 años el neocolonialismo ha penetrado profundamente en África. La maldición de África son sus extraordinarias riquezas minerales: tiene entre el 30% y 50% de las reservas mundiales de uranio, platino, diamantes, oro y petróleo. África es tan solo visibilizada por sus riquezas agrícolas y minerales. Sus habitantes son invisibilizados y considerados como estorbos por parte de las transnacionales y las potencias del Primer Mundo. Para los poderes mundiales ocultos, su proyecto para África es que no pueda utilizar sus riquezas para su desarrollo, sino para las personas más ricas, empresas transnacionales y países de otros continentes.

De acuerdo con Jaime Breilh, decano de Salud de la Universidad Simón Bolívar: “El peligro está en quienes toman decisiones para empobrecer a África y no en los africanos. El peligro está en quienes ejercen el poder, en quienes han hipotecado la vida de los africanos para empobrecerlos y hacerlos vulnerables a las infecciones... En África existen cifras económicas engañosas que dan la impresión de que estos países están entrando en el desarrollo, cuando lo que está ocurriendo es una toma de tierras a precios ínfimos de transnacionales agrícolas, que está llevando a que gran cantidad de africanos de países como Liberia o Guinea se movilicen para formar nuevos asentamientos sin condiciones mínimas de seguridad o sanidad”.

El más grande acto terrorista y crimen de lesa humanidad es que 36% sea analfabeto y que cada 3,6 segundos muera un niño de hambre en África.

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