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El Telégrafo
 Pablo Salgado, escritor y periodista

A un año de la Ley de Comunicación

20 de junio de 2014

Para algunos, la vigencia de la Ley Orgánica de Comunicación no ha servido para mucho, pues esperaban que mejorara sustancialmente la calidad de los programas, sobre todo de la televisión, y la calidad en el ejercicio del periodismo. Así mismo, esperaban que se modificara la distribución del espectro radioeléctrico y se cumpliera el mandato de la ley: 33% para los privados, el 33% para los públicos y 34% para los comunitarios.

En cambio, otros aseguraban que la vigencia de la nueva ley impondría la censura, los atentados a la libertad de expresión, la mordaza, el terror y la incautación de medios privados para cumplir con la redistribución de las frecuencias.

En verdad, a un año de vigencia de la ley, ni lo uno ni lo otro. Aunque ciertos medios aún se niegan a entender que es necesaria una regulación y que la información es un bien público y no un simple negocio.  

Lo cierto es que no podemos esperar que, de la noche a la mañana, mejore sustancialmente la calidad del periodismo, tampoco se puede redistribuir las frecuencias sino de modo progresivo, pues actualmente el 91% es privado, y solo el restante 9% corresponde a medios públicos y comunitarios. Pero sí podemos ser más exigentes y exigir a los medios y a las entidades de control acelerar el ritmo para responder a las demandas ciudadanas.

A un año de vigencia, más de la mitad de la población desconoce la existencia de la ley. Lo cual es preocupante y deben adoptarse medidas urgentes de socialización y difusión. De todos modos, el debate está vigente y hoy, en buena hora, ya se cuestionan los contenidos sexistas, racistas y discriminatorios, así como los prejuicios que a diario se exaltan y reproducen en los medios de comunicación.   

De acuerdo a encuestas realizadas por EL TELÉGRAFO, el 75% de los periodistas cree que su trabajo no ha sido afectado con la vigencia de la ley y más bien considera que su labor periodística mejoró.

Otra encuesta, del mismo diario, determina que el 80% de los artistas, músicos y compositores cree que el artículo 130 de la ley (1 x 1) no los ha beneficiado y que siguen siendo muy pocas las estaciones de radio que apoyan al artista nacional. La ley no puede hacer milagros y, si no hay un acompañamiento del Estado en el fomento de la industria musical, poco se avanzará y nuestros artistas seguirán ‘implorando’ a los medios la difusión de su música.     

Quizá el sector en donde más beneficios se han producido es el de la publicidad, pues en este año aumentó la producción y ahora muchas piezas publicitarias se exportan a los países vecinos.

Después de un año, todos debemos contribuir a democratizar la información y la comunicación. Todos debemos buscar cada vez con mayor rigor ejercer un periodismo de calidad, que será la mejor forma de garantizar la vigencia plena de la libertad de expresión, la libre circulación de las ideas y el pensamiento.

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