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El Telégrafo

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Galo Larenas

A 20 años de la paz

26 de octubre de 2018

“En Brasilia, el 26 de octubre de 1998, los excelentísimos señores Jamil Mahuad y Alberto Fujimori se reunieron para dejar constancia formal de la conclusión definitiva de las diferencias que durante décadas han separado a sus dos países”. Así empieza el texto del acuerdo que puso fin a los conflictos territoriales entre Ecuador y Perú, el diferendo más antiguo del hemisferio occidental.

El documento permitió demarcar los 78 km de frontera aún en disputa desde el Protocolo de Río de Janeiro. Es de recordar que el cese al fuego que puso fin al conflicto del Cenepa en 1995 no resolvió el problema limítrofe, lo que agravó las tensiones en la zona fronteriza.

Desde entonces, los presidentes de ambos países observaron de cerca los movimientos de sus tropas para evitar nuevos choques, pero nunca las desmovilizaron, lo que hizo prever un nuevo enfrentamiento en cualquier momento. Para 1998, aunque los ecuatorianos no lo sabíamos, la situación en la frontera era de tensión extrema.

La situación obligó a ambos Estados a dar un paso definitivo para sellar los acuerdos de la declaración de paz de Itamaraty y poner punto final al conflicto. Momento memorable del evento fue la entrega que hizo el Presidente a su homólogo de Perú, de una cantimplora usada por un soldado ecuatoriano durante los combates. “Hoy hemos ganado la paz” fue una de las frases célebres, así como la referencia que hizo sobre su abuelo, combatiente en la guerra de 1941.

Aunque el cierre de ese capítulo de nuestra historia era necesario y a todas luces saludable, los términos del acuerdo fueron para muchos un bofetón a la lucha histórica que mantuvo el país hasta entonces. No favoreció ninguna de las tesis ecuatorianas, salvo el 1 km² de propiedad privada sobre Tiwintza, que, sin embargo, se mantendría bajo soberanía de Perú.

Ante las críticas, Mahuad, que es lojano, defendió su decisión sosteniendo que “quizás había que haber nacido en la frontera y ser nieto de un combatiente para atreverse a dar este paso”.

El tratado estuvo acompañado de varios otros acuerdos transfronterizos -muchos vigentes hasta hoy- que abrieron por primera vez en la historia una etapa de cooperación profunda entre ambos  países.

Aunque Mahuad sea un personaje de triste recordación para los ecuatorianos, debe reconocerse que la firma de la paz con Perú es un hito histórico y memorable que Ecuador nunca debe pasar por alto. (O)

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