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Es penoso lo sucedido con el programa de Ecuavisa Ecuador tiene talento. Aunque era previsible. En lugar de pedir disculpas, como exige un número creciente de ciudadanos, decidieron -¡cómo no!- aprovechar la coyuntura, victimizarse y justificarse para, más bien, revertirlo para intentar aumentar su rating. Y lo peor, indignante, es que una de las jurados simplemente lo asumió como más publicidad, “no hay buena ni mala, es publicidad y ya somos internacionales”, decía vanagloriándose en Twitter.
Sin embargo, lo cierto es que en la televisión nacional existe una gran cantidad de telebasura que es necesario limpiar. Con excepción de Ecuador TV (tiene buenos y malos programas, pero no telebasura), no hay estación de televisión que no haga de la telebasura su gran negocio, y que renieguen no solo de sus responsabilidades éticas, sociales y culturales, sino también de sus códigos deontológicos.
El año pasado, cuando hacíamos una crítica al programa de GamaTV Pa’ tomarnos la noche, decíamos que era necesario un programa de entretenimiento en ese horario (las 23:00), pero con humor inteligente, diálogos atractivos y música en vivo. Sin embargo, el remedio resultó infinitamente peor que la enfermedad. Ahora GamaTV tiene Te tomaste la noche, en el cual el conductor es un personaje (con peluca y batona ridículos) autodenominado la ‘Vecina’, llena (lleno) de lugares comunes, y lo de siempre: chistes sexistas, discriminatorios, homofóbicos. Complementados, claro, con modelos voluptuosas que se desviven por mostrar la silicona de sus glúteos y senos.
En los programas de supuesta farándula, en donde si no hay basura se la inventan, con chisme y rumor duro y puro, hurgando bajo las alfombras y los basureros, con conductoras (es) que hacen gala de su ignorancia y a quienes solo les importa meterse en la vida ajena del modo más burdo y morboso, y casi siempre degradando a la mujer. Y no mencionamos aquel episodio de RTS y su ‘reportera’ de farándula Briggitte Quiñónez, Mafia Chumi. Ese es el ‘espectáculo’ diario que hay que vender.
La reacción de un gran número de televidentes exigiendo rectificaciones y disculpas es quizá el gran avance de estos penosos episodios de Ecuador tiene talento. Y por supuesto, la decisión de una empresa de retirar su auspicio. Quizá ese es el camino; las empresas no quieren identificarse con programas que, para un número creciente de ciudadanos, les resultan ya repugnantes.
No creemos en censuras ni prohibiciones, pero sí en el ejercicio de los derechos ciudadanos. Y en la necesidad de contar con programas de calidad de todo tipo. Mejores informativos, mejores programas deportivos y, por supuesto, buenos programas de entretenimiento, que en lugar de degradar a la mujer, por ejemplo, la valoren y destaquen sus cualidades y virtudes.
No es fácil ejercer los derechos ciudadanos que nos corresponde como televidentes, no hay espacios participativos para hacerlo, a pesar de que tanto la ley de comunicación lo aborda (los medios tienen la obligación de contar con ‘defensores’ del lector y del televidente); y la Comisión de Participación Ciudadana y Control Social también debe asumirlo. Es hora de hacerlo, es hora de dar pasos importantes para cambiar nuestra televisión y mejorar sustancialmente su calidad. (O)