José Balmes estaba en su taller de pintura en París, de grandes ventanales y jardines interiores, cuando recibió la visita de Raúl Gómez, más conocido como ‘Warren’ y entonces mánager de Quilapayún, uno de los conjuntos musicales más comprometidos con la Unidad Popular de Salvador Allende. Corría el año 1974 y tanto Balmes como Gómez se encontraban exiliados en Francia tras el golpe que un año antes había dado Augusto Pinochet. Raúl Gómez, un gran conversador y de personalidad extrovertida, había llegado al taller del pintor chileno-catalán para saber si tenía lista una pintura que sería utilizada en la carátula del nuevo disco de Quilapayún: El Pueblo Unido Jamás será Vencido. Balmes se encogió de hombros y para sorpresa de ‘Warren’, le pidió que empuñara una de sus manos y que levantara su brazo, para luego comenzar a dibujar un esbozo, una prueba de taller, que finalmente terminaría convirtiéndose en la tapa de ese álbum, que fue publicado en 1975. El puño del Pueblo Unido Ese puño apretado, que luego adornó cuanto concierto dieron los Quilapayún por Francia y Europa para denunciar las violaciones a los derechos humanos cometidas por la dictadura de Pinochet, se convirtió en todo un ícono para la cultura popular chilena, pero también en el resto de América Latina e incluso el Viejo Continente. Hoy, aquella prueba de taller adorna una de las paredes del hogar de uno de los hijos de Raúl Gómez en Santiago. Pero Balmes, que falleció el domingo a los 89 años a causa de un colapso multiorgánico derivado de una obstrucción intestinal, fue mucho más que aquella imagen del puño del Pueblo Unido. Balmes, un verdadero maestro para varias generaciones de la pintura chilena y latinoamericana, era un artista —involucrado en lo social y lo político— de gran renombre y reconocimiento, pese a que su estilo muchas veces era difícil de comprender. Por eso la Presidenta Michelle Bachelet decretó duelo nacional. El fallecido artista cultivó el llamado “informalismo”, una corriente que rompió los moldes de la pintura figurativa tradicional y cuyo origen se remonta a la Francia post-Segunda Guerra Mundial, justo cuando el expresionismo abstracto se desarrollaba en Estados Unidos. De esta forma, solía utilizar carbón, recortes de periódicos, fotocopias y materiales comunes y corrientes para la composición de sus obras. José Balmes llegó a Chile con apenas 12 años, en 1939, a bordo del mítico barco Winnipeg, que contó con la gestión del Nobel chileno Pablo Neruda y en el que viajaron más de 2 mil españoles luego de la derrota del bando republicano en la sangrienta Guerra Civil. Ya instalado en Chile y a pesar de su corta edad se integró como alumno libre a la Escuela de Artes y en 1947 ingresó a la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. De esa escuela sería su decano entre 1972 y 1973, en plena Unidad Popular de Allende. Militante del Partido Comunista, ya en 1971 fue miembro clave para concretar el proyecto del Museo de la Solidaridad Salvador Allende, que recibió 500 obras en apoyo a su gobierno. Tras el golpe, este museo de arte contemporáneo, fue clausurado y recién se abrió al público en los noventa. Fue junto a su esposa y también artista, Gracia Barrios, que Balmes formó el grupo informalista Signo, cuyas obras fueron presentadas con éxito en París, Barcelona y Madrid. También su hija Concepción se dedicó a la pintura y es una artista de renombre en Chile. En ese sentido, los Balmes-Barrios conforman una de las familias artísticas chilenas más emblemáticas de las últimas décadas en el país. “Mi padre fue parte de una generación que dio la pelea de incorporar lo político y social en sus obras, de ser artistas no solo encerrados en la torre de marfil, sino integrados en una sociedad. Un artista pensante además, participativo y ciudadano”, afirmó Concepción Balmes luego del fallecimiento de su padre y mentor. Tras el golpe, Balmes y su familia se exiliaron en París. En esos años y hasta 1985 ejerció como profesor de pintura asociado a la Unidad de Formación e Investigación de Artes Plásticas y Ciencias del Arte de la Universidad La Sorbona, en Francia. Recién en 1986 Balmes y su familia pudieron regresar a Chile. Y en vez de retirarse, ese período se convirtió en uno de sus más prolíficos. Famoso es, por ejemplo, su cuadro de 1972 ‘No’, palabra que aparece en negro junto a un revólver que se desvanece, en una suerte de adelanto de lo que vino después con el plebiscito de 1988 y el “No” a Pinochet. “La propuesta artística de José Balmes estuvo siempre muy ligada a un plano social, a un compromiso del artista con el hombre y con el papel del arte en la conciencia colectiva. Balmes fue un artista comprometido con su tiempo y con la realidad inmediata y lejana, muertes injustas, asesinatos, pueblos oprimidos, luchas de trabajadores, violencia y dolor contemporáneos (‘Paz’, ‘Vietnam’, ‘Santo Domingo’)”, se explica en el Museo de Arte Contemporáneo. Famoso también es su cuadro titulado ‘Calama’ (1986), que desarrolló después de que se encontraran cuerpos de ejecutados políticos en el desierto del norte del país. Maestros de generaciones “La incorporación de elementos cotidianos, de materiales toscos, de textos y elementos simbólicos son resultado del estudio y de la denuncia que deseó realizar frente a la realidad de su época. Son obras que contienen un fuerte cuestionamiento, inquietudes políticas y sociales, testimonios de fuerte carga emotiva”, agrega. Así, en 1999 obtuvo el Premio Nacional de Artes Plásticas y en 2006 asumió como director del Museo de la Solidaridad Salvador Allende, cargo en el que se mantuvo hasta 2010. “Maestro de varias generaciones y de artistas como Francisco Brugnoli, Patricia Israel, Eugenio Dittborn y Gonzalo Díaz, José Balmes (al igual que Gracia Barrios), siempre prefirió el gran formato”, recuerda el diario La Tercera. Y aunque ya había dejado de pintar, su obra siempre se mantuvo vigente. Sus restos ya descansan en el cementerio El Totoral, en la región de Valparaíso. Para el próximo año, a modo de celebración de sus 90 años, estaba programada una gran retrospectiva de su obra en el Museo de Bellas Artes. Aquella muestra, de la que también formará parte la pintura de su viuda Gracia Barrios, tendrá ahora otro matiz. (I) DATOS José Balmes Parramón, Premio Nacional de Artes Plásticas de Chile de 1999, nació en Barcelona en España en 1927 pero desde 1939 fue a vivir a Chile como refugiado. Se naturalizó chileno en 1947, pero en 1973, tras el golpe militar que encabezó Augusto Pinochet (1973-1990), debió exiliarse de nuevo, esta vez en París, de donde regresó en 1986. Su obra fue reconocida tras crear el grupo formalista Signo junto a Gracia Barrios, Eduardo Bonatti y Alberto Pérez. José Balmes fue miembro del partido comunista chileno y los últimos 2 años estuvo fuera de la luz pública debido a un alzhéimer que lo afectaba.