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La parroquia Ambuquí es considerada la tierra de los ovos

En el parque está el monumento a los cultivando ovos.Los turistas acuden a esta parroquia para probar esta fruta. Foto: Diana Ruiz Onofre
En el parque está el monumento a los cultivando ovos.Los turistas acuden a esta parroquia para probar esta fruta. Foto: Diana Ruiz Onofre
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Gilberto Castro recuerda con entusiasmo sus primeros años de vida: “Yo encestaba ovos”, y añade que en ese entonces, esos frutos no se vendían en Ambuquí, sino que eran revendidos por mujeres afroecuatorianas de la zona de El Juncal.

Unos cestos verticales hechos con hojas de plátano sujetas con espinas servían como empaque para estos productos.

Según Castro, aquella práctica se ha extinguido, pero los también llamados ovitos han sobrevivido al paso del tiempo.

Pero ¿qué son los ovos? Son frutos ovalados (del tipo drupa) de aproximadamente 2 cm de largo por 3 cm de ancho que nacen del árbol tropical Spondias purpurea. Presentan una coloración rojiza y un sabor agridulce cuando están “jechos” o maduros. Y sobre todo, pueden considerarse como el símbolo de la parroquia Ambuquí (Ibarra).

“Aquí todos los ambuquireños tenemos el honor, el gusto de tener aunque sea una plantita”, explica Saúl Hernández.

Él tiene alrededor de 320 plantas y don Gilberto posee unas 400. Es fácil encontrar árboles de ovo en terrenos y jardines, pero Hernández, Castro y 4 familias más requieren de una mayor producción porque se dedican a procesar la fruta.

El resultado: helados, mermelada, mistelas, vino y canario hechos a base de ovo.

La calle principal de Ambuquí acoge a los 6 puntos de venta de estos productos. Por la mañana o por la tarde, los vecinos, tanto niños como adultos, acuden a su local de preferencia para conversar y saborear un helado de su icónica fruta.

Octubre no es tiempo de cosecha; sin embargo, hace solo 33 años, en 1982, un grupo de habitantes decidió sembrar ovos durante todo el año y dar un paso hacia la industrialización del producto.

En ese tiempo, Saúl Hernández y su esposa, Judith Vaca, empezaron a elaborar helados. Los turistas que visitan el lugar, según los entrevistados, son atraídos por el fruto y sus derivados, siendo los helados los más apetecidos.

A raíz de estas primeras invenciones, los ambuquireños aprovecharon para vender la fruta en nuevas presentaciones. En ese sentido, cada familia tiene su propia forma de prepararlas. Hernández expresó, por ejemplo, que elabora vino de ovo, “como un pasatiempo” por la poca ganancia que genera.

Hace 2 semanas, un olor fuerte inundaba la sala principal de la casa de don Saúl. Bajo una mesa, 4 tanques guardaban la fuente de aquel aroma: vino de casi 45 días de maceración. Luego de ese proceso se dejará en ventilación la bebida, de la cual se obtiene de 4 a 5 botellas por cada caja de ovo. Y como aún sobraba materia prima nació el canario, calificado por Hernández como “un manjar de los dioses”.

También se comercializa en botellas y es elaborado con jugo de ovo, leche condensada y aguardiente de caña. Un sorbo de canario trae consigo una sensación dulce con un sabor apenas perceptible del licor de caña.

Todos los puestos de venta exponen sus productos, o tienen un rótulo que informa sobre la oferta que comprende los derivados así como el mismo fruto.

Si bien la tradición de los cestos se mantiene en Salinas, en Ambuquí basta un plato o una funda plástica para colocarlos. Su época de cosecha inicia en noviembre y culmina en abril. La mayor producción se da en marzo, es entonces cuando se organiza la Fiesta del Ovo.

Cada año, desde 1969, los ambuquireños rinden tributo a su fruta símbolo con eventos de toda índole. A la parroquia llegan turistas de Loja, Guayaquil y las provincias del norte del Ecuador, especialmente de Carchi, atraídos por esta fruta. (I)

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