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‘Xscape’, el segundo disco póstumo de Michael Jackson (VIDEO)
Los elegidos fueron ocho cortes grabados entre 1983 y 1999, por Michael Jackson, solo ocho, sin rellenos improcedentes, o bien que dichos archivos no dan la talla en comparación con el poderoso legado del autor de Thriller, Billy Jean, Bad, Smooth criminal, Black or white, Scream, Man in the mirror, Stranger in Moscow ...
El ‘Rey del Pop’, que murió el 25 de junio de 2009 a los 50 años por una sobredosis del narcótico propofol, registra 11 discos de estudio desde 1972, pero después de su muerte los productores se las ingeniaron para sacar a la venta otros dos discos: ‘Michael’ (lanzado en 2010) y ‘Xscape’, que sale hoy a la venta en Estados Unidos-.
Como asegura la compañía discográfica, que hurgó en los archivos de Jackson para hallar material que pudiera ser producido musicalmente y transformarse en canciones actuales: “Michael nos dejó algunas grabaciones que completamos con la ayuda de la visión de algunos productores musicales con quienes trabajó directamente o con los que quería trabajar. Es un honor para nosotros presentarle esta música al mundo”, señaló el jefe de Epic Records, L.A. Reid.
Por ello se reclutaron talentos como los de Rodney “Darkchild” Jerkins (quien le había producido You rock my world), el equipo noruego Stargate (muy influidos por el “Rey del pop”) y John McClain (productor ejecutivo del patrimonio de Jackson y productor del tercer trabajo de su hermana menor, Janet).
Todos ellos trabajaron bajo la batuta de uno de los ‘rey Midas’ de la industria estadounidense, Timothy Zachery Mosley ‘Timbaland’, quien unió la voz de Justin Timberlake a la de Jackson en una versión del sencillo ‘Love never felt so good’ que se ha incluido como cierre en la edición deluxe del álbum.
Escrito por Jackson y Paul Anka, al tema no le faltan ni las campanillas de sus viejos clásicos y abre la edición estándar con aquel toque encantador de ‘The girl is mine’. Menos dócil se muestra en ‘Chicago’, un r&b con poso noventero, antes de ofrecer en ‘Loving you’ una faceta más “crooner” y cargada de aire en el apartado vocal.
El pop de ‘A place with no name’ crece en una estructura ascendente en contraste con la tensión de ‘Slave to the rythm’, un corte futurista en progresión. Para acabar, Xscape ofrece una canción del mismo nombre, que se revela como un funky con latigazos instrumentales de fondo y unos versos proféticos: “Donde me fui, este problemático mundo no me molesta más”.
En resumen, la nueva tanda de canciones hurtadas al olvido de la mejor época de Jackson suena mucho más consistente que Michael, pero su fidelidad a la nostalgia, que puede hacer de este un disco agradable y deseable, se encuentra también el mayor punto de controversia para lo que representó Jackson.
En Xscape no hay espacio para la sorpresa, pese a que, como paradójicamente reza el mismo libreto de este trabajo, “Michael Jackson nunca fue conservador” y concebía cada álbum como una forma de “inspirar a la siguiente generación”.