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PIEZAS CLAVE DESENTRAÑAN Los acontecimientos EVOLUTIVos DEL PLANETA
Los fósiles nos cuentan la historia del mundo
Los primeros indicios de vida en el planeta aparecieron hace más de 3.800 millones de años. Fueron pequeñas formas de vida unicelulares que durante millones de años permanecieron sin alteración, pero enormes cambios climáticos, geológicos y biológicos transformaron el entorno en el que esas primitivas formas de vida vivían. Aquellas que se adaptaban a las nuevas circunstancias lograban sobrevivir. Eso es la evolución. En ese camino de adaptación se van generando cambios y mutaciones que terminan a la postre en nuevas especies.
A pesar de que hoy existen unas cinco millones de especies diferentes, se estima que esta cifra constituye menos del uno por mil de todas las que alguna vez existieron.
Solo unas pocas dejaron sus rastros. ¿Por qué? Porque para convertirse en un fósil deben suceder varias cosas. Primero, morir en el sitio adecuado. Los fósiles son restos orgánicos cuyas moléculas han sido sustituidas a presión por minerales disueltos y solo la sexta parte de las rocas pueden hacer eso. Segundo, solo se fosilizan las partes duras como los huesos, y muy raramente partes blandas como carne, piel, ojos, etc. porque se descomponen rápidamente o fueron devorados por otros animales. Y finalmente deben quedar reconocibles a pesar de todos los cambios en las capas geológicas y ser encontrados por alguien que se dé cuenta de que no son una piedra rara.
Se estima que solo un hueso de cada mil millones llega a fosilizarse y que si reuniésemos todos los fósiles que hemos descubierto llegaríamos -apenas- a llenar la cajuela de una camioneta.
A pesar de eso existen muchísimos fósiles desenterrados. Por esos restos sabemos, por ejemplo, que los dinosaurios aparecieron hace más de 200 millones de años y desaparecieron hace 65 millones. Y también que la vida apareció primero en el mar y luego fue colonizando la tierra firme y el cielo. ¿Pruebas? Ya hay muchas.
Mitad una cosa, mitad otra
Todas las especies que habitan el planeta están relacionadas entre sí y se originaron en otras más antiguas. Buena parte de la vida está en constante cambio, y los llamados fósiles transicionales muestran la secuencia que siguieron especies más antiguas hasta derivar en otras más modernas. Transformaciones paulatinas que llevaron millones de años, y muchas veces fueron tan profundas que cambiaron para siempre la vida en el planeta.
Del agua a tierra firme
Norte de Canadá, año 2004. Los científicos comienzan a encontrar extraños fósiles que bautizan como Tiktaalik. Estos animalitos tenían branquias y escamas como los peces, pero también pulmones y huesos como los animales terrestres. Son la transición de peces a anfibios. Comenzaron a salir a la superficie y desplazarse por tierra firme en busca de comida o huyendo de los depredadores marinos. Se apoyaban en sus fuertes aletas y aprendieron a respirar oxígeno del aire. Sucedió hace 375 millones de años.
De tierra firme al mar
La evolución también ha seguido el camino inverso en tiempos más recientes. ¿Por qué hay mamíferos marinos como los delfines y las ballenas si es tan incómodo salir a respirar y amamantar bajo el agua? La explicación está en su ancestro llamado 2 (“o ballena que camina”), un fósil descubierto en 1993 en Pakistán. Sus patas traseras estaban adaptadas para nadar, y cazaba y comía bajo el agua como los cocodrilos. Por casi todo lo demás, era un animal terrestre. Y hace unos 50 millones de años su cola se fue adaptando y cambiando patas por aletas para regresar progresivamente al mar y evolucionar en ballenas y delfines. Algunos parientes se quedaron en tierra, pero pasan mucho tiempo en el agua: los llamamos hipopótamos.
De la tierra al cielo
A mediados del siglo 19 se encontraron en Alemania unos esqueletos tan extraños que por más de un siglo causaron una áspera polémica. El Archeopterix era claramente un pequeño reptil con plumas que vivió hace 150 millones de años. Ya tenía un vuelo precario y es el más claro ancestro de las aves actuales. Las discusiones acabaron hace pocos años con la aparición en Mongolia y China de varias especies de dinosaurios emplumados, sobre todo del género de los raptores. ¿Alguna duda? Mire las patas de las gallinas y pájaros: todavía tienen escamas, como los reptiles.
De cuatro a dos patas
Lucy es la más conocida de todos los fósiles y es nuestro ancestro más antiguo. Un fósil de Australopithecus afarensis descubierto en Etiopía en 1974. Vivió 3 millones de años atrás, y aunque tenía todavía un cráneo pequeño, ya era capaz de caminar en dos patas y contaba con algunas otras características humanas que no tienen los simios de hoy. Sin embargo, pasaba buena parte del tiempo arriba de los árboles y su capacidad de emitir sonidos era similar a la de un chimpancé.
Algunos Australopithecus se fueron haciendo cada vez más carnívoros y cazadores, dando origen a los primeros humanos.