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Chuck Palahniuk: las tripas del sueño americano
Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios, dioses del cine o estrellas de rock, pero no lo seremos y, poco a poco, lo entendemos, lo que hace que estemos muy cabreados.
El club de la pelea
Charles Michael (aka Chuck) Palahniuk vive una paradoja que muchos escritores quisieran para sí: sus novelas son catalogadas de grotescas y antisistema, y provocan reacciones gastrointestinales, pero inevitablemente se convierten en best seller. Esa aura morbosa que rodea a su persona, sus delirantes performances, la icónica película de David Fincher (1) y una legión de fans tan o más aterradores que los miembros del Proyecto Mayhem (2) que se encargan de manejar su merchandising sin recibir salario alguno –lo hacen por el placer de ser parte del fenómeno Palahniuk- lo han convertido en una especie de rock star dentro del mundo editorial.
Sin embargo, Chuck no disfruta del todo de esta posición privilegiada, la prensa le incomoda –al menos eso dice él-, vive con miedo de que alguno de sus extravagantes discípulos se tome muy en serio la salvaje doctrina que predican sus personajes y decida demostrarle su afecto mediante un balazo en la sien. Quienes lo conocen afirman que tras ese tipo delgado de gafotasnerd y camisa rosa se esconde un empedernido cleptómano de chucherías, que alguna vez fue levantador de pesas experto y pusher ocasional, que los clubes de box clandestino que describe se basan en su propia experiencia gamberra, y que para ganarse su amistad basta con ofrecerle Vicodin, Zoloft u otra anfetamina.
Pese a su escritura beligerante, plagada de referencias pornográficas y escatológicas, lo que motivó a Palahniuk a escribir fue su necesidad de compartir historias –propias y ajenas- como un mecanismo para acercarse a la sociedad que desde niño lo había marginado, fabricar un sentido de comunidad y pertenencia dentro de una cultura que -como la estadounidense- tiene pánico hasta para afrontar una enfermedad de encías, no se diga para pelear por los desposeídos y la igualdad de derechos. Por eso no sorprende que sean justamente los excluidos del american way of live, aquellos que como Chuck crecieron en casas rodantes, cometieron delitos para comer y solo consiguen los peores trabajos, quienes constituyen su guardia pretoriana en foros web y llenan sus presentaciones para mostrarle orgullosos las quemaduras con lejía que se infringieron tras leer El Club de la pelea (3).
Si bien es conocido sobre todo por dicha novela, la cual fue escrita como una venganza sin mayores expectativas contra las editoriales que se negaron a publicar su primer manuscrito - ‘Monstruos Invisibles’- por considerarlo muy violento, cuenta con 19 libros a su haber, cada uno más virulento y siniestro que el anterior.
Destaca su labor periodística, en la que –al estilo Hunter S. Thompson- realiza su crónica y simultáneamente repasa su propia vida, contextualizándola dentro de la escena e involucrándose en situaciones descabelladas, como cuando dentro de un submarino de la marina estadounidense fue advertido de que no podía indagar sobre las posibilidades del sexo anal bajo el mar, so pena de ser expulsado por el lanzatorpedos, o la ocasión en la que pasó un día entero disfrazado de perro dálmata, siendo perseguido por la policía y recibiendo todo tipo de vejaciones de parte de los transeúntes:
Como hombre blanco, uno puede pasar la vida entera sin problemas de integración. Uno nunca entra en una joyería donde solamente ven su piel negra. Uno nunca entra en un bar donde solamente le ven las tetas. Ser un blanquito es como ser papel de pared. Nunca llamas la atención, ni para bien ni para mal. Aun así, ¿cómo sería vivir llamando la atención? Con todo el mundo mirando. Dejarles que saquen sus conclusiones y dar por sentado que lo van a hacer. Dejar que durante un día entero la gente proyecte sobre uno algún aspecto de sí misma.
…“Esta ciudad se ha vuelto demasiado liberal”…
…“¿Qué están anunciando?”…
…“¡Todo el mundo atrás! ¡Atrás! ¡Podrían llevar bombas pegadas al cuerpo debajo de esos disfraces!...
…¡Sois un encanto!...
…¡Putos maricones de mierda!...
Error humano
Alguna vez Palahniuk consideró como “glamourosa” su trágica historia familiar, que arranca cuando su padre –Fred- se escondió debajo de la cama para no ser asesinado por su progenitor, quien acababa de disparar contra su esposa y buscaba al niño para exterminarlo, pero al no encontrarlo se suicidó para no desperdiciar balas. En 1999, cuando Chuck se hallaba en el cúspide de su fama, el círculo se cerró y Fred Palahniuk recibió la bala que le esperaba desde su infancia.
Pese a que la relación entre padre e hijo nunca fue buena, el paralelismo entre el crimen familiar primigenio y ciertas circunstancias en el asesinato de Fred, llevaron a que Chuck vislumbrara formas de terror nada “glamourosas”: el peso de colaborar a que un hombre sea sentenciado a muerte (4) y la depresión crónica resultante.
Tras un periodo de pastillas, en 2002 escribió Nana, en la que analiza el culto a los asesinos en serie dentro de la industria cultural estadounidense a través de una tétrica canción de cuna que extiende sus versos asesinos sin que nadie pueda romper el hechizo. Retomaría con algunas variantes el tema de los serial killers en Rant de 2007, para muchos su mejor novela, pero también muy cuestionada por su sospechoso parecido a Crash de J.G. Ballard, publicada en 1973.
¿Te acuerdas de Jeffrey Dahmer? No tenía intención de matar a tanta gente. Simplemente se le ocurrió que si taladraba un agujero en el cráneo de alguien y le echaba desatascador de cañerías, lo podía convertir en un zombie sexual. Lo único que Dahmer quería era follar más.
Nana
Pero si de textos polémicos hablamos, el premio se lo lleva Fantasmas, una novela gótica en la que siguiendo una estructura similar a El Decámeron y Los cuentos de Canterbury, se narra el encierro de un grupo de escritores, pero en Palahniuk se trata de farsantes que huyen de un pasado turbio y que –tal como en Los diez negritos de Agatha Christie- uno a uno recibirán su castigo.
→ Palahniuk también puede ser entendido como un escritor romántico: en sus historias existe un héroe y una misión, pero para llegar al objeto del deseo a veces es necesario ensuciarse las manos, deformarse a sí mismo y solo quienes sobrevivan serán amados. El discurso naturalista también tiene cabida en su obra.La principal novedad de Fantasmas es la aspiración que tienen los farsantes que habitan en la casa de convertirse en celebridades a través de un hipotético reality show que narre sus penurias. Desnudar el discurso humillante y lo bajo que son capaces de caer las futuras estrellas de este tipo de programas, es el principal mérito de este libro de 2005.
Pero la crítica optó por ignorar este aporte sociológico de Palahniuk y se centró en un fragmento específico de la novela Tripas, narración escatológica de cómo mediante técnicas de masturbación extrema, un joven con un futuro prometedor puede llegar a perder el intestino, embarazar a su hermana y arruinar económicamente a su familia.
El impacto de dicho relato fue tal, que cuando Palahniuk empezó a leerla durante sus presentaciones, provocaba una reacción fisiológica –vómito o desmayo- en gran parte del auditorio, hecho que fue registrado a lo largo de la gira promocional de Fantasmas en más de 60 ocasiones. Al final –ya sea por presión de la editorial o para evitar tener que limpiar deyecciones ajenas- Chuck decidió no volver a leer Tripas en público nunca más, pero el escándalo ya se había consolidado.
Mnye etoh nadoh kahk zoobee v zadnetze (5)
Fantasmas
En la misma novela destaca el apocalíptico relato final ‘Obsoleto’, en el que Palahniuk narra cómo el contubernio gobierno / medios / espiritualidad podría –hipotéticamente- precipitar el exterminio de la raza humana. En textos como este, en los que la genitalidad pasa a un segundo plano, es donde mejor se aprecia la habilidad como escritor de Chuck. El mensaje de ‘Obsoleto’ es mucho más radical que el de Tripas, pero no vende tanto.
Snuff de 2008 prometía ser mucho más escandalosa, pero no lo consiguió. Partiendo de la historia real de la actriz porno Annabel Chong, quien en 1995 mantuvo 250 relaciones sexuales con 70 hombres distintos en apenas 10 horas, y concebida originalmente como obra de teatro, Snuff narra la decadencia de la industria porno desde una perspectiva humana. Siguiendo la estructura clásica de la gran novela norteamericana del siglo XX, los personajes principales se enfrentan a una situación extrema que los fuerza a realizar un viaje interior que termina en autodestrucción, poco importa que sean buenos e intenten obedecer las reglas, o malvados que crean tener el control, el final es el mismo y siempre sobrevive un espectador para documentar los hechos. Aunque el set de una película porno parezca el escenario menos probable para que se desarrolle una historia de amor, en Snuff sucede, pero no desde la lubricidad, sino a partir de la búsqueda de aceptación e identidad entre las secreciones corporales que financian un negocio carnívoro en el que una saturación monstruosa de cuerpos anónimos transmuta la piel en glaciar.
Palahniuk también puede ser entendido como un escritor romántico: en sus historias existe un héroe y una misión, pero para llegar al objeto del deseo a veces es necesario ensuciarse las manos, deformarse a sí mismo y solo quienes sobrevivan serán dignos de ser amados. El discurso naturalista también tiene cabida en su obra:
La mayor parte de nosotros encontramos un sistema para conseguir el éxito, lo que nos propongamos, y una vez que nos va bien repetimos ese modelo de acción una y otra vez hasta el desastre. Así que, de algún modo, todos estamos condenados a tener éxito en primera instancia y a fracasar a largo plazo, de forma natural (6).
Debido al arduo proceso de investigación que realiza Chuck antes de cada novela, considera a su escritura más cercana a la crónica periodística que la literatura pura. Entrevistar a gente real que se mueve en mundos extraños, espacios limbo donde se pierden las convenciones sociales y la autoridad carece de poder real.
Un punto de inflexión en su vida y que ha determinado su relación con prensa y fans fue el rocambolesco incidente gracias al cual reveló su homosexualidad. Palahniuk había recaído en las drogas, no superaba todavía el asesinato de su padre y se hallaba en un estado de paranoia. Entonces acusó –infundadamente- a una periodista de Entretaiment Weekly de chantajearlo para no revelar su identidad sexual. Chuck optó por atacar primero y “salió del clóset” desde su página web, al tiempo que profería calumnias contra dicha periodista. Posteriormente se arrepintió del hecho, pero gracias a este episodio empezó a aceptarse a sí mismo y dejó de buscar la aprobación mediática. Hoy rechaza entrevistas que no hablen estrictamente de su obra, pues considera que ya se ha perdido el misterio respecto a la persona y que cualquier cosa que se agregue a su extrema biografía será en balde. Además de las tediosas giras promocionales -en las cuales su única preocupación es llenar la maleta con calzoncillos blancos, desodorante ambiental y collares baratos-, también dirige un taller on line, en el que propone ejercicios de escritura creativa y contesta inquietudes de sus fans, más no de la prensa.
NOTAS:
1. Director de la película The Figth Club (1999), basada en la novela homónima de Palahniuk. En el reparto constan figuras del calibre de Brad Pitt, Edward Norton, Helena Bonham Carter, Meat Loaf y Jared Leto.
2. Grupo vandálico que aparece en The Fight Club I y II. Esta última está en proceso de creación y –según Palahniuksaldrá a inicios de 2015, pero solo en formato cómic y narra los hechos 10 años después de la primera parte.
3. Al inicio Palahniuk firmaba dichoso las cicatrices de sus fans, hasta que la ola de automutilaciones se escapó de control y empezó a sentirse culpable de haber dado pie a aquello.
4. El testimonio de Chuck fue clave para condenar a Dale Shackleford –el asesino de su padre- a la pena de muerte.
5. Refrán popular ruso citado en Tripas, pero cuya traducción prefiero omitir y dejar que sea buscada en google por los lectores de estómago fuerte.
6. Entrevista a Palahniuk publicada en el suplemento cultural Ñ de diario Clarín de Argentina.