Los instrumentos y vigías registran la caída de material volcánico y la generación de flujos piroclásticos.

La actividad del coloso es moderada-alta. Las explosiones, bramidos y bloques rodantes son continuos. Los observadores aficionados buscan los miradores de las urbes cercanas.

Este cantón tungurahuense es uno de los más perjudicados cuando el coloso ‘despierta’. Los cultivos de papa y zanahoria son los más vulnerables a la ceniza.

Durante las noches, los agricultores alternan los sitios donde van a dormir. Así, algunas veces lo hacen en sus casas y otras en los albergues.

Las explosiones en el coloso se mantienen, al igual que la caída de ceniza. Comuneros piden evaluar los daños.

Los expertos creen que las explosiones esporádicas se mantendrán y que seguirá la expulsión del polvo con tendencia moderada a alta. Flujos piroclásticos bajan.