Francisco concluyó su visita a Perú, que también lo llevó a la ciudad amazónica de Puerto Maldonado y a la norteña de Trujillo.

Las declaraciones del Pontífice se dieron al contestar a una pregunta sobre la corrupción en Perú.

El Sumo Pontífice reconoció la pederastia de la Iglesia católica chilena. Dijo que es necesario apoyar a las víctimas y empeñarse para que eso no se vuelva a repetir. Pero distintos sectores sociales criticaron su discurso y pidieron “más acciones que palabras”. El Vicario de Roma se reunió con los mapuches, los más pobres del país austral, para escuchar sus problemas y reivindicaciones por los territorios. La visita, de tres días, se hizo en medio de protestas.

El discurso dedicado a la Virgen ante las miles de personas congregadas en la Plaza de Trujilo se convirtió en un homenaje a la mujer.

Ante cientos de miles de personas, el Pontífice recordó en Huanchaco que sus habitantes "conocen la bravura de la naturaleza y han experimentado sus golpes" como el del año pasado del Niño Costero.

Tras deplorar las “hondas heridas” de la Amazonía y la violencia contra la mujer, Francisco afirmó que el pulmón verde del planeta nunca ha estado tan amenazado como en la actualidad.

El discurso del Pontífice en Puerto Maldonado, en el corazón de la selva amazónica, fue una alabanza a los indígenas.

Francisco afirmó que no existen pruebas contra el obispo Juan Barros y calificó las denuncias de calumnia. Víctima de abuso sexual critica su postura.