Los servicios de autobuses de larga distancia de Argentina, que operan también hacia los países limítrofes, seguían paralizados ayer por quinto día consecutivo por una huelga sindical que afectaba a más de 250.000 pasajeros.
En medio de gestiones intensas para que cese la protesta, el Gobierno acusó ayer a la patronal sindical de extorsión por rechazar un aumento salarial del 23% para los choferes.
El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, atribuyó el rechazo al aumento salarial de la Cámara Empresarial de Larga Distancia (Celadi) a que este sector patronal pretende que les sean restituidos los subsidios que antes otorgaba el Estado.
Por eso, Tomada se mostró molesto con la actitud del gremio y los empresarios y afirmó que desde el gobierno seguirá apostando por el diálogo para destrabar el conflicto. Pero de no alcanzarse un acuerdo, el titular de la cartera laboral indicó que las medidas a tomar irán “desde sanciones económicas hasta pedirle a la justicia que termine o suspenda la personería gremial del sindicato y en el caso de las empresas, cancelar la concesión”. EFE/AFP