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Normas laborales rígidas no incentivaron nuevos empleos

Normas laborales rígidas no incentivaron nuevos empleos
01 de mayo de 2020 - 00:00 - Érika Astudillo

Dolores P. trabajó como empleada doméstica por 10 años con una familia quiteña. Cuando en 2010 se inició una campaña para que los empleadores afiliaran a sus trabajadoras a la seguridad social, los patronos reconocieron que era un derecho justo y se acogieron a la nueva ley. Desde entonces, Dolores ha mantenido su empleo estable.

En cambio, Lucia C. había prestado sus servicios a otra familia durante siete años pero cuando entró en vigencia la ley sus empleadores le dijeron que no contaban con los recursos para afiliarla al seguro social y terminaron su contrato. La única opción para ella ha sido trabajar informalmente sin los beneficios de la ley.

A estos dos extremos llevaron las reformas laborales implementadas desde 2007. Por un lado hubo una ganancia justa de derechos laborales, pero por el otro la rigidez no motivó la creación de nuevas plazas de empleo.

El resultado es que el empleo adecuado en los últimos 13 años no ha mejorado notablemente y se mantiene en un promedio del 43,8% de la población económicamente activa, con unos años mejores que otros, según el Instituto de Estadística y Censos.

Desde 2007 se tomaron medidas importantes que mejoraron las condiciones de empleo, como la eliminación de la tercerización, el aumento del salario básico, más acceso a la seguridad social.

Ana Patricia Muñoz, directora ejecutiva de Grupo Faro, destaca el incremento de trabajadores afiliados al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social que pasó del 19,8% en 2007, llegó al 35% en 2014 y en 2019 se ubicó en el 29%. “Es muy bajo, pero son 10 puntos porcentuales más que en 2007 y eso responde a la aplicación de medidas y controles”.

Por su parte, Gabriel Recalde, director ejecutivo del Centro de Estudios de Política Laboral (Cespla), también subraya la inclusión obligatoria de las trabajadoras no remuneradas del hogar a la seguridad social y el incremento del Salario Básico Unificado. Este además se incrementó de $ 170 en 2007 hasta $ 340 en 2014, muy atado a los ingresos petroleros del país. Para este año se ubica en $ 400. 

Pero del otro lado de la balanza “se eliminaron herramientas que per se no eran malas. Lo que fallaba era el control”, dice Recalde.

El instrumento más importante que se eliminó fue el contrato a plazo fijo, recuerda el abogado que formaba parte del Ministerio de Trabajo en esa época. “Si tuviéramos esa modalidad y el contrato por horas, ahora sería útil para generar empleos”.

El problema de esas figuras era el abuso de las mismas y la falta de control.

Las reformas laborales mejoraron el mercado laboral hasta 2014. Sin embargo, Recalde apunta que nuevos cambios en las leyes de Justicia Laboral y de Promoción del Empleo fueron en parte la causa de que cada año se perdieran entre 100.000 y 120.000 plazas de empleo.

Para Sebastián Lima, director nacional de Calidad y Servicio de Adecco, las reformas laborales de los últimos 10 años no favorecieron a las empresas porque se incrementaron valores al empleador para la contratación y despidos.

Adicional a ello y contrario a lo que se esperaba, sin contratos temporales las empresas limitan sus contrataciones y redistribuyen funciones en su equipo interno.

Otra práctica que la firma experta en talento humano observa es que las compañías contratan pasantes o practicantes para pagar una remuneración pequeña. “Prefieren contratar a gente muy junior y no a profesionales especializados”. Recalca que las restricciones de contratación son transversales a las empresas de todos los tamaños. 

Reconoce que las reformas sí trajeron beneficios para el trabajados, “pero no tiene sentido si no hay una plaza de empleo activa”.

Una investigación de Grupo Faro reveló que las mismas empresas reconocieron que una legislación rígida les obliga a adoptar formas de flexibilidad como terminar un contrato antes de que el trabajador cumpla un año de labores para restarle beneficios.  “Eso hace daños a todos”, señala Muñoz; “entonces es mejor tener opciones (flexibles) pero reguladas”.

Las cifras también muestran que a pesar del alto gasto público característico del gobierno de Rafael Correa, eso no incidió en la creación de nuevas fuentes de empleo. “La política pública fue importante pero se generó una distorsión en los salarios y se creó una clase media frágil”. 

En definitiva y a decir de Recalde, las reformas permitieron ganar derechos pero faltó fortalecer la articulación con el sector productivo para que se puedan sostener económicamente.

El panorama futuro es complejo por la situación económica del país y con propuestas de reformas laborales que no se han concretado. A esto se suma el impacto del covid-19 que se calcula que en Ecuador costará unas 500.000 plazas de empleo.

Los tres especialistas consultados son partidarios de la flexibilización laboral, que no se eliminen los derechos ganados de los trabajadores sobre todo reduciendo los costos de los despidos y permitiendo contratos temporales.

Muñoz agrega que las reformas también deben poner atención a la capacitación de los empleados y fortalecer el seguro de desempleo. (I)

“¡Vivan los trabajadores!”
“Hoy 1 de Mayo, Día Internacional del Trabajo, lo conmemoramos de una manera diferente, marcado por una pandemia que ha puesto al mundo de rodillas; sin embargo, recordamos un día histórico, un día de lucha y compromiso por la reivindicación de los derechos de los trabajadores”, dice el ministro de Trabajo, Luis Arturo Poveda, en un mensaje para recordar este día.

Saluda a todos los trabajadores de la patria “que con su esfuerzo diario contribuyen al bienestar y progreso del país”.

Destaca que “nuestro mejor homenaje es y será velar por una relación laboral justa, digna, inclusiva y en igualdad de oportunidades”.

Concluye que “juntos resistiremos,  juntos lograremos vencer las adversidades que nos ha tocado vivir, como consecuencia de la emergencia sanitaria; logrando así con tenacidad, preserverancia, y con el trabajo diario, reactivar el aparato productivo, porque a nuestro querido Ecuador lo sacamos todos adelante. ¡Vivan los trabajadores! (I)

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