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Guayasamín y Lipez se alistan para mitigar los efectos de la altura
Sebastián Guayasamín, único piloto ecuatoriano que terciará en la edición 2017 del Rally Dakar, llegó ayer a Asunción (Paraguay) para ajustar la logística de lo que será su tercera participación en el evento de automovilismo de ruta más importante del mundo. La misión del capitalino es terminar el recorrido, objetivo que, por daños mecánicos, no pudo cristalizar en 2014 y 2015.
Guayasamín (36 años) partió hacia la capital paraguaya el pasado jueves; viajó con 5 colaboradores del equipo de abasto, los cuales se sumaron a los ayudantes argentinos que completan el elenco nacional. El automotor, una camioneta Toyota Hilux modelo 2015 y que utiliza gasolina, está en territorio argentino desde septiembre, mes en el que corrió el Desafío Chaco.
Una de las personas más determinantes en la delegación es Juan Escudero, jefe mecánico; su responsabilidad es mantener en excelentes condiciones al vehículo, lo que implica desmontarlo en el 80% todos los días de la justa, que terminará el sábado 14 de enero.
Escudero dice conocer el coche no solo en su ingeniería, sino porque en 2015 fue copiloto de Guayasamín en la Vuelta al Ecuador, lo que le da un plus importante frente a otros directores de mantenimiento. En esta temporada se efectuaron algunas pruebas con la máquina en Argentina y, hasta la fecha, ha respondido bien.
“Está al 100%, es muy rápido (puede desarrollar hasta 240 kilómetros por hora) y tiene mucho torque abajo, lo que significa que en las subidas tendremos mucha fuerza para sortear las dunas”, sintetiza.
Los repuestos y neumáticos también están en Paraguay; entre las piezas que más se desgastan están las ruedas y los bujes (elementos elásticos que trabajan donde hay fricción de piezas metálicas), pero la gama de repuestos cubre absolutamente todas las partes. La representación ‘tricolor’ cuenta con el auspicio de una marca de neumáticos y otra de amortiguadores, que le dotaron de un número considerable de productos para el torneo.
Escudero agrega que si bien el transporte a utilizar está diseñado para la dureza del rally, no se puede escatimar detalles, sobre todo porque lo más valioso dentro de la cabina son las vidas de sus pasajeros.
Al hablar del factor humano, Guayasamín aspira a que la experiencia ganada en sus anteriores presencias le permita disminuir el margen de errores; tanto en 2014 como 2015 abandonó la brega en la quinta etapa.
“La versión de 2015 se presentó realmente dura. En la segunda etapa, por culpa de las altas temperaturas, quedaron fuera cerca de 40 autos. Nosotros seguimos, pero resultó muy frustrante quedarse a mitad de carrera. Este año decidí correr el Desafío Chaco para ver qué tipo de caminos nos esperan y tener una idea más clara de cómo es el terreno. Bolivia en cambio es un misterio para nosotros. Ni Mauro ni yo tenemos experiencia ahí y vamos a estar entre 1.800 y 3.200 metros por encima del nivel del mar”, declaró Guayasamín al portal web de la competencia.
Su mancuerna, el copiloto argentino Mauro Lipez (45 años), correrá su sexto Dakar y segundo con el quiteño, con quien tripuló en 2015; siempre ha actuado como navegante: en 2011 y 2012 con su compatriota Hernán Roberti; en 2013 con el italiano Gianpaolo Bedín y en 2014 con el también argentino Omar Gándara. También tiene pendiente completar la ruta; en 2014 casi lo consigue, pero él y su timonel se retiraron en el decimotercero y último enlace.
“Cuando el Dakar vino a Argentina yo ya corría en cross country, por ello tuve la ocasión de navegar a pilotos italianos o españoles. Apenas termina un Dakar ya contacto con los pilotos para asegurar mi trabajo en el siguiente. Esta será mi segunda carrera con Sebastián y ya somos amigos. Nos hemos visitado con la familia en su país y en el mío”, manifestó Lipez en el portal del certamen.
Al igual que Guayasamín, su incógnita son las vías bolivianas, donde la altura sobre el nivel del mar puede ser determinante, dejar varados a quienes no atiendan ese factor o, por lo menos, desconcentrarlos. Para mitigar los efectos de la falta de oxígeno asegura que aprendió a comer poco e hidratarse bien.
En torno al arribo de exponentes al punto de partida, en estos días la agitación en la frontera argentina-paraguaya es pan diario; muchas de las 319 tripulaciones viajan desde territorio rioplatense hacia Asunción para la largada del próximo lunes.
La expectativa en Paraguay es creciente, será el quinto país sudamericano en el que se desarrolle parte del evento. La lid se cumple en la región desde 2009 y ha atravesado por senderos de Argentina, Chile, Perú y Bolivia.
En la contienda que está por arrancar únicamente la primera de las 12 etapas (Asunción-Resistencia) se escenificará en superficie ‘guaraní’, las 7 etapas posteriores cubrirán jurisdicciones bolivianas, para entrar en el mapa ‘albiceleste’ al terminar el octavo nexo.
La disputa consta de 8.823 kilómetros; contará con las categorías motos, cuadrones, autos, camiones y por primera vez los UTV estarán fuera de la división coches, es decir, tendrán su propia serie. Estos pequeños vehículos de tracción en las 4 ruedas, con jaulas de protección, constituyen la clase con menos participantes, 8 en total, cuyos pilotos desean convertirse en la máxima atracción. (I)
Datos
La camioneta de Guayasamín pesa 1.700 kilos, más de 300 caballos de fuerza y tiene un motor V6, es decir, es de combustión interna con 6 cilindros.
La de 2017 será la edición 38 de la justa. La primera se realizó entre diciembre de 1978 y enero de 1979. El único año en que no se realizó fue 2008 debido a amenazas del grupo armado Al Qaeda.
Un total de 25 personas fallecieron en accidentes u otras causas presentadas durante las competencias, por lo que la contienda está considerada una de las pruebas de automovilismo más peligrosas.
De los 319 pilotos que maniobrarán en 2017, 6 son mujeres: las motociclistas españolas Laia Sanz y Rosa Romero Font; en cuadrones Camelia Liparoti (Italia) y Suany Martínez (Bolivia) y en coches Alicia Reina (Argentina) y Cristina Gutiérrez (España).