Gaby y Roberto, un ejemplo de tenacidad en el Ironman 70.3
Gaby Espinosa y su hermano Roberto se demoraron más de una hora en abandonar el Malecón Escénico de la playa El Murciélago, en Manta. Ambos fueron el centro de atención después de completar las 70,3 millas de natación, atletismo y ciclismo del Ironman, competencia extrema de triatlón que se disputó el domingo pasado.
El arco colocado en la meta estaba por desmontarse tras ocho horas de competencia, pero los hermanos Espinosa no aparecían. Hasta que por los altoparlantes el animador anunció: “Por ahí viene Gaby”. El público se puso de pie y empezó a corear su nombre.
Su hermano la llevaba en una silla de ruedas, pero a cuatro metros de la línea de meta, la bajó y la puso en el piso. Con su ayuda empezó a caminar y terminaron la prueba con un tiempo de 07:39:56. “Fue una experiencia emocionante”.
Esta quiteña de 27 años es la menor de 4 hermanos. Tuvo complicaciones al nacer debido a que la falta de oxígeno en su cerebro derivó en una parálisis que le produjo una espasticidad muscular severa (músculos tensos y rígidos), que afectó la movilidad de sus brazos y piernas.
Pero eso no le impidió tomar el desafío de acompañar a su hermano en esta exigente prueba. En el agua, utilizó un bote tipo kayak que era empujado por Roberto, quien luego la cargó en una bicicleta especial, antes de empujarla al trote en una silla de ruedas.
Quienes se le acercaron para felicitarla y conversar con ella dicen que sus palabras llenan de vida de mucho positivismo. A quienes le preguntan admirados cómo lo hace, ella les responde exhortándolos a atreverse a soñar. “No importa la discapacidad que uno tenga, porque hay millones al lado de uno que motivan”, expresa la joven estudiante de diseño gráfico que además pinta en un taller para personas con discapacidad llamado Sensibilizarte. Su hermano es fotógrafo y trabaja freelance.
Fue justamente Roberto quien planeó esta travesía. La idea de competir en el Ironman 70.3 de Manta surgió hace tres meses. Antes de comunicarle a Gaby y a su familia sobre la competencia, averiguó si podía participar con su hermana a cuestas. “Había visto a gente que hacía esto, entonces nos motivó un montón”, contó Roberto, quien a los 8 años empezó a practicar ciclismo de montaña.
Para llevar a cabo su idea, primero consiguió una bicicleta adaptada que llegó desde Alemania. La silla de ruedas se las prestó una fundación amiga y el kayak fue fabricado en el país especialmente para ella.
Una vez resueltos esos detalles empezó la preparación. En junio pasado corrieron en Quito la carrera Últimas Noticias 15K, como una forma de acostumbrarse a lo que se enfrentaría en Manta.
El entrenamiento en natación, ciclismo y trote lo realizaron en Quito. Las brazadas, en una piscina El Batán, mientras que en Guayabamba probaron el kayak. Para ensayar en la bicicleta iban a todos lados en ella y el trote lo hicieron en Tumbaco y en el parque La Carolina.
María Luz Arellano, organizadora del Ironman, confirmó que los hermanos Espinosa cruzaron la meta en el puesto 898 entre 1.240 corredores. Fueron cuartos en la categoría que se abrió para ellos. “Para nosotros es un placer y una alegría que en una carrera tan joven se abra esta categoría que incluye a todos estos seres maravillosos, que se convierten en el alma y espíritu de la carrera. Esto es lo que hace esta competencia especial y única”. (I)