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El wing chun se enfoca en la defensa personal
Así como muchas personas se preocupan por saber cómo actuar durante un terremoto, también deben aprender cómo actuar en caso de una agresión, sea en un asalto o cualquier situación que ponga en riesgo su integridad física. Para eso está diseñado el wing chun, un arte marcial proveniente de China.
Gabriela Gortaire, quiteña de 26 años, lleva siete meses cultivando esta práctica y afirma sentirse más segura en torno a afrontar alguna eventualidad de violencia por parte de maleantes u otro tipo de atacantes.
“Me falta mucho por aprender, pero siento que, si me encuentro desprevenida, como ensayo bastante, sabría cómo reaccionar; lo haría por los reflejos que he desarrollado con el profesor”.
Gonzalo Tinajero (34 años) es el responsable de la única academia de Quito en la que se imparte esta técnica; la abrió hace cinco años, 12 meses después de su iniciación en la disciplina.
El primer kwon (dojo), lo abrió en Cuenca el mentalizador de Tinajero, Óscar Choco; luego se estrenaron escuelas en Azogues y Guayaquil, formando el grupo Shaolin Wing Chun Ecuador. Para distinguirse, cada sifu (maestro) toma el apelativo de su ciudad: Shaolin Wing Chun Quito, etc. “Somos como 150 practicantes en todo el país, con 90 o 100 en Azuay. Yo estoy con 25 alumnos, de los cuales cinco son mujeres”, precisa Tinajero.
Al hablar de la concepción de esta modalidad, explica que se prioriza la defensa personal sobre lo deportivo, es decir, no se trata de formar exponentes para competir, sino ciudadanos capaces de sobrevivir a un asalto, robo u otro tipo de atentado.
Por esta razón, dentro de los niveles de capacitación, se alecciona a los discípulos en manejar el bastón y las espadas, y a desarmar a uno o más oponentes.
Como los golpes, patadas y llaves de sometimiento no fueron creadas para torneos, se dota a la persona de los conocimientos para controlar circunstancias adversas, dominar al contrincante o, al menos, debilitarlo.
Agrega que esta actividad, además, tiene ventajas terapéuticas, pues al enseñar a utilizar las cuatro extremidades de la misma manera, sea zurdo o diestro, el alumno aprende a desempeñarse eficientemente con ambos lados.
Uno de sus exponentes más famosos fue el legendario Bruce Lee (1940-1973), quien con su talento escénico captó el interés mundial por las películas de artes marciales. Este actor estadounidense de ascendencia china lo aprendió durante su adolescencia, nada más y nada menos que del respetado maestro Ip Man, ícono del wing chun moderno.
Todo este entorno hace que varios aprendices se conviertan en verdaderos adeptos, es el caso de Anthony Reinoso (18 años), joven que antes de vincularse a esta especialidad no gustaba de la ejercitación física.
En la actualidad, tras dos años de incursionar en el wing chun, entrena cinco días a la semana y desde que empezó no ha faltado a ninguna clase.
Argumenta que, si bien su intención era aprender a defenderse, le fascinó el rigor, constancia y respeto que se desprenden de la instrucción. Tinajero premió su perseverancia al nombrarlo asistente, cargo que desempeña desde hace ocho meses.
El wing chu, menciona Tinajero, tuvo mayor auge en Hong Kong. Nació al finalizar la dinastía Ming, en el período Ópera del Junco o Bandera Roja, y es uno de los cinco clanes que se esparcieron después de la destrucción del Templo Shaolin del Sur, a mediados de los años 1600.
Su nombre, que significa ‘canto de primavera’, se deriva de la doncella llamada Yim Wing Chun, quien aprendió el estilo de Ng Mui, una monja del Templo Shaolin, que inventó un modo de combate a media y corta distancia al ver pelear a una grulla con una serpiente. (I)
Anthony Reinoso (i) practica combate con Andrés Sanguano; son dos de los alumnos más avanzados del Shaolin Wing Chun Quito.
Foto: Javier Tamba Guzmán / El Telégrafo
Golpe y patada
Escalas de aprendizaje
A diferencia de otras artes marciales que se enfocan en defender o atacar, el wing chun desarrolla defensa y ataque en forma simultánea. La escala de aprendizaje se distingue por diez cinturones, desde el blanco hasta el negro.
25 alumnos tiene el Shaolin Wing Chun Quito, que está ubicado entre las calles Pradera y San Salvador.
Clases y costos
Esta técnica puede aprenderse a partir de los 4 años de edad. El costo por la enseñanza va desde $ 25 hasta $ 60 al mes. Más información en Facebook como Wing Chun Quito. (I)