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Leyenda española muere en la montaña
El deporte femenino otorga cada vez mayores motivos de alegría a España, pero la primera mujer por la que se izó la bandera española en una ceremonia olímpica fue Blanca Fernández Ochoa, medallista de bronce en el eslalon de esquí alpino de los Juegos de Albertville (Francia), en 1992, cuyo cadáver apareció este miércoles 4 de septiembre en la sierra madrileña.
Meses antes de la enorme eclosión que para el deporte español supusieron los Juegos de Barcelona'92, Blanca, nacida el 22 de abril de 1963 en Madrid, se convirtió en la primera medallista olímpica española. Y aún sigue siendo la única que ha ganado una medalla en unos Juegos de Invierno.
Sin embargo, su imagen siempre estuvo ligada de forma indisoluble a la de su hermano mayor, Francisco -popularmente conocido como 'Paquito'-, elevado a héroe nacional tras sorprender al mundo entero capturando el oro olímpico en el eslalon de Sapporo'72 (Japón).
El mayor de la saga de los Fernández Ochoa, fallecido a causa de un cáncer en 2006, sigue siendo el único campeón olímpico invernal español. Y hasta que lo emuló Blanca, veinte años después, fue el único medallista hispano en unos Juegos de Invierno.
La brillante carrera de Blanca Fernández Ochoa encontró inicial inspiración en la gesta olímpica de su hermano Paco. Un triunfo que se produjo cuando ella tenía ocho años y que rememoró en una entrevista con la Agencia EFE en 2014, antes de los Juegos de Sochi (Rusia).
"Recuerdo que, por la diferencia horaria, la carrera se veía aquí en España sobre las cuatro o las cinco de la mañana. Vivíamos en la Escuela de Esquí, en Navacerrada. Recuerdo a mi padre gritando 'oro, oro, oro'. Gritaban los profesores de esquí, gritaba todo el mundo. Me desperté y me levanté. Todo el mundo estaba saltando y gritando", recordaba Blanca Fernández Ochoa.
Eran sus terceros Juegos, después de los de Lake Placid'80 (EEUU) y Sarajevo'84 (Bosnia-Herzegovina, de aquella en Yugoslavia). Y el cambio horario con Nakiska, en Alberta -unas ocho horas- provocó que esa segunda bajada coincidiese con el 'prime time', convirtiéndose en uno de los momentos televisivos más importantes de del esquí español: con su hermano Paco -al que se abrazó, llorosa, después de la misma- comentando la carrera para TVE.
Su primer triunfo en Copa del Mundo llegó en el gigante de Vail (EEUU), en 1985; antes de subir a lo alto del podio en tres pruebas de eslalon: las de Sestriere'88 (Italia), Morzine'91 (Francia) y Lech'92 (Austria).
Sus cuatro victorias sólo fueron superadas catorce años después, cuando Rienda elevó a seis el récord histórico español de triunfos en esa competición. Nadie nacido en España iguala, sin embargo, los veinte podios (todos en gigante y eslalon) que firmó Blanca en la Copa del Mundo. Y tuvieron que pasar 26 años hasta que dos de sus compatriotas lograran emular su actuación olímpica de Albertville.
El año pasado, en los Juegos de PyeongChang (Corea del Sur), el ceutí de la federación andaluza Regino Hernández fue bronce en el boardercross de snowboard; y el madrileño Javier Fernández capturó idéntica medalla en el patinaje artístico.
Ambos elevaron a cuatro la exigua nómina de trofeos olímpicos del deporte invernal español. Del que Blanca Fernández Ochoa, pionera entre las mujeres, será por siempre una de sus principales figuras.
Blanca Fernández Ochoa, que deja dos hijos -Olivia, que juega en la Selección Española, y David, que al igual que su hermana se dedica al rugby-, descansa en paz. Su legado deportivo, sin embargo, será inmortal. (D)