Los calificativos para Usain Bolt y lo que consiguió parecen agotarse. En Río de Janeiro obtuvo lo que ningún atleta había logrado antes: ganar el triplete olímpico en 3 Juegos Olímpicos consecutivos y entrar a un grupo selecto de deportistas que por sus logros y su carisma han ascendido a lo más alto.

“Ya no necesito probar nada más. ¿Qué más puedo probar? Soy el más grande de la historia del atletismo. Estoy tratando de ser uno de los más grandes (de la historia del deporte). Quiero estar entre Mohamed Alí y Pelé. Espero que tras estos Juegos esté en ese grupo”, dijo el jamaiquino.

Bolt ganó las pruebas de los 100 metros, 200m y 4x100 relevos en Río, tal como lo hizo en Londres-2012 y en Pekín-2008. A pesar de que no pudo romper sus propios récords, cumplió con el objetivo que se planteó y vencer sin problemas en cada prueba en la que compitió. Modestia aparte, el velocista se autoproclamó “el más grande” del atletismo y méritos los tiene de sobra. Con el listón tan alto por sus triunfos en Olímpicos, espera que nadie lo iguale.

Bolt dice que se está haciendo viejo, que su cuerpo ya no responde como antes y por eso ya no participará en Tokio-2020. Apenas cumplió 30 años el domingo pasado, pero para el deporte de alta competencia no se sentiría capacitado.  

Sin embargo, dejó la puerta abierta a una despedida en el Mundial de Atletismo de 2017, que se disputará en Londres. “Si el deporte me necesita y puedo motivarme todavía un año más, ¿por qué no continuar un poco?”, lanzó el atleta que en 2008 consiguió su primer récord mundial en los 100 m lisos.

Con 12 años en el profesionalismo, Bolt alcanzó todo lo que un velocista aspira. Además se convirtió en una figura mediática, que puso al atletismo en la palestra para ver al mejor del mundo. (I)

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