La sentencia en el caso “Soborno” ha sido ya notificada a los acusados. Tiene 412 páginas y se encuentra debidamente sustentada. Faltan otras instancias para que quede en firme. Pero independientemente de esta situación procesal, estimo que la misma pasará a la historia jurídica de nuestro país, más que por habérseles puesto a los condenados una pena de 8 años; de disponer la publicación de su parte resolutiva en tres diarios de gran circulación en el país y la pérdida por 25 años de los derechos ciudadanos y políticos; del comiso de bienes y la reparación económica por casi 15 millones de dólares; lo valioso e imperecedero es la REPARACION SIMBOLICA que ordena el Tribunal y que se sintetiza en lo siguiente: 1.- Ofrecer disculpas públicas por parte de los condenados, al pueblo ecuatoriano, en la Plaza de la Independencia, en Quito. 2.- La colocación de una PLACA en la Casa de Gobierno que dirá lo siguiente: “Los recursos públicos deben ser siempre administrados honradamente; el servicio público no es otra cosa que un servicio a la comunidad, con sujeción a los principios de la ética” y, 3.- Realizar y acreditar haber efectuado un CURSO de por lo menos 300 horas académicas sobre “ética laica y transparente en administración pública”.
El día de las disculpas públicas, no habrá un sitio en la Plaza de la Independencia de la capital de la República para escuchar a cada uno de los condenados sus disculpas, (no podrán hacerlo en coro) y, entiendo que, ese mismo día, se colocará la placa con sus nombres y apellidos, para que quede en el tiempo el testimonio invalorable de que la justicia ha cumplido. El Ministerio de Educación, deberá estructurar el plan programático del curso de 300 horas sobre Ética y, escoger a los mejores docentes para que la impartan y, los condenados entiendan la materia y no reprueben el examen que deberán rendir para recibir sus certificados de Acreditación. Entiendo que Rafael Correa se sentirá satisfecho, luego de ganar el curso, porque podrá agregar este nuevo título, al de Economista y a los catorce doctorados Honoris Causa comprados.
La Universidad que le confirió el título, debe retirárselo, para que no quede estigmatizada por haber graduado a un delincuente público de alto coturno. (O)
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