Imagina que necesitas llevar un producto al mercado internacional, y hay limitaciones legales: se prohíbe tanto producir como comerciar dicho producto. Ante esta situación, ¿construirías un mecanismo que identifique vacíos legales en los cuales pueda mover el producto, genere influencia y cabildeo, así como la fuerza de trabajo necesaria para mantener el negocio?
Si sustituimos la palabra "producto" por "drogas", podemos comprender la gravedad de la situación y cómo la cultura del narcotráfico ha permeado profundamente en la institucionalidad ecuatoriana. Algunos sostienen que es el mayor aporte de Latinoamérica al capitalismo: un asalto al mundo liderado por personas que se hacen a sí mismas, que alcanzan renombre en un negocio ilegal competitivo. Para que esto ocurra, es necesario un sistema: los capos del narcotráfico, a quienes se les dedican narcocorridos, no ascienden en solitario. Existe una red de profesionales liberales que se benefician de estructuras ilegales: abogados, contadores, gestores, administradores y autoridades que hacen la vista gorda.
Frente a esto, debemos enfrentar la complicidad que todos tenemos con el narcotráfico; que secretamente admira y envidia a quienes han acumulado grandes fortunas de manera ilícita. La esencia del ecuatoriano está atrapada en esta telenovela sangrienta que hemos vivido en los últimos años. Esto genera un par de preguntas: ¿Cuál es la visión del mundo que podemos ofrecer, que la narco cultura no pueda igualar o superar?, ¿Qué ventajas supone jugar limpio? Creo que desde allí podemos empezar.
Además, todo esto debe abordarse aquí y ahora, porque no hay tiempo que perder. Una canción que encapsula esta idea es "Everything Now" de Arcade Fire, de su álbum homónimo de 2017. No es una banda convencional; sus letras abordan la vida, la muerte, la comunidad y la soledad. En esta pieza, se explora cómo el consumismo desenfrenado y las interacciones superficiales no pueden reemplazar la profundidad de nuestras emociones y almas.
Erradicar el narcotráfico y la corrupción institucional demanda una acción colectiva y decidida. No podemos permitir que la narcocultura arraigue más en nuestras sociedades y estructuras. Es esencial cuestionar y reformar tanto las leyes como nuestras normas sociales para contrarrestar estas prácticas destructivas. Solo a través de un firme compromiso con la legalidad, la transparencia y la justicia, aquí y ahora, podremos edificar un futuro próspero para todos.