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El gran líder, Rafael Correa Delgado, los dirigentes a nivel nacional y sus aliados, en citas, reuniones y foros, y porque las circunstancias lo demandan, ratifican el compromiso histórico de Alianza PAIS de intensificar su lucha, en todos los frentes, contra la quebrantada oposición, integrada por la derecha, la seudoizquierda, los centristas, traidores, resentidos, periodistas asalariados y agentes de la CIA; hasta alcanzar una nueva victoria electoral en 2017 y poder continuar el proceso de cambio sustentado en los postulados del socialismo siglo XXI.
Como a la oligarquía y al imperio del norte no los convencen los presidenciables de la oposición, exhibidos hasta ahora, y temerosos de otra derrota en los próximos comicios, han comenzado a presionar a los grupos políticos sumisos para que organicen un poderoso frente con la obligación de seleccionar el candidato único, simpático, atractivo, aunque sin dotes de estadista, y de no lograrlo, promover alianzas al máximo, para asegurar, por lo menos, una mayoría parlamentaria y, desde allí, sabotear al régimen del Buen Vivir con fines desestabilizadores.
Ya se emprendió un enfrentamiento preelectoral, en medio de un panorama confuso, por la presencia de grupos políticos en ridículas alianzas, sin considerar ideologías, principios y programas de gobierno; unos se autodefinen de extrema izquierda, otros de centroderecha, centroizquierda y hasta de neutros. Esos sectores partidistas con denominaciones ambiguas y de tendencia unipersonal se movilizan por cualquier camino, que le permitan la práctica del oportunismo para conseguir sus logros de riqueza y poder.
La mezcolanza política que domina el escenario preelectoral crea confusión y enredos; es así como desertores, rezagos de la partidocracia, exdirigentes de PK, PSC y PSP, se olvidan del pasado y, muy emocionados, se entregan a los brazos del exbanquero, candidato presidencial, representante de la más rancia derecha reaccionaria. Argumentan que no interesan principios ideológicos, por eso aceptan a la gente que se ha dado de camisetazos; lo que sí destacan, como objetivo, es terminar con las conquistas sociales del régimen de la Revolución Ciudadana y regresar al paraíso neoliberal.
Otros sectores, sin respaldo popular, Avanza, Fuerza Ecuador y Unión Ecuatoriana, sus dirigentes, sin norte, se autodenominan de centroizquierda y en esa línea llaman a la unidad, pero como no reciben respuestas, plantean otra alternativa: aliarse al que más ofrezca. En el colmo de la audacia, esos aventureros de la política, sin bandera, pretenden ridículas alianzas para ir cogidos de la mano, con dirección a las urnas en 2017.
Aún faltando largo trecho para el próximo evento cívico, se vislumbra un complicado panorama electoral con aspirantes de la quebrantada oposición, de dudosa capacidad para gobernar, carentes de dotes éticas y con paraísos fiscales. La oposición, insiste, inútilmente, en la unidad, si se mantienen los mismos de siempre, y la agresión, sin fundamentos, a la gigantesca obra social de la Revolución Ciudadana.
Alianza PAIS, con el presidente Rafael Correa a la cabeza, está lista para el próximo reto electoral, y para ello fortifica la organización y el adoctrinamiento de los sectores populares y, principalmente, afianzar la unidad con los grupos progresistas y de izquierda para concluir la construcción de la patria nueva, libre de injusticia y miseria. (O)