Cierto es que hasta hace siete años los habitantes del Azuay, Loja, Morona y Zamora sufrían lo indecible viajando por carreteras de tierras llenas de baches en el verano y de fango insoportable en el invierno. Cierto, y nadie puede negar que con el nuevo Gobierno estas vías fueron encementadas o asfaltadas en sus dos carriles. Pero también es cierto que, disfrutando del turismo interno, se observa que las nuevas vías de la Costa, el norte de la Sierra, e incluso de la Amazonía, son muy superiores a las del Austro. En los nuevos planes viales las autopistas o vías de cuatro carriles se construirán en el norte, pero, de manera inexplicable, solo hasta Riobamba.
En la Costa ya están por doquier desde Esmeraldas, Manabí y Guayas hasta la frontera con Perú en la provincia de El Oro. La ruta internacional Manta-Manaos irá horizontalmente por el norte. La vertical Guayaquil-Huaquillas por el este. Pero nada se dice de las horizontales del sur que deben unir los puertos del Pacífico con aquellos de la Amazonía. Nada de la ¿Panamericana’ que une Riobamba con Azogues, Cuenca, Loja y Macará. ¿O es que la misma irá por la Costa? ¿Qué hay de la Azogues-Rivera-Sucúa, de la Paute-Méndez, de la Gualaceo-Limón, de la Sígsig Gualaquiza? ¿Y qué de los cuatro carriles entre Cuenca y Loja, Loja-Machala, Cuenca- Machala? ¿Hasta cuándo esperar este anillo prioritario?
¿Por qué no construir la nueva vía Palmira-Ingapirca, cuando todos saben que es la mejor alternativa, pues acorta decenas de kilómetros a la actual vía que baja hasta Alausí y Chunchi para volver a subir dando una enorme vuelta? Esa vía no solo pasaría cerca de los más importantes sitios turísticos como las Lagunas de Culebrillas y las Ruinas de Paredones, sino que permitiría admirar los paisajes más extraordinarios del Nudo del Azuay.
¿Por qué no exorcizar la maldición de que todo termine en Riobamba? Y, por favor, que no se diga que la prioridad la da el número de vehículos que circulan. Hay prioridades cualitativas más que cuantitativas, y es obvio que el número se incrementará cuando se pase de dos a cuatro carriles. Hay varias vías nuevas que tienen un número menor circulando en el norte y en la Costa.
Seguramente algunas autoridades del Austro que se hallan en Quito, de las muchas que están allí, tomarán la iniciativa de conversar con la Ministra de Obras Públicas, para preguntarle la razón de esta inequidad y las propuestas de solución.