No siempre…
No siempre el que tiene más saliva traga más pinol, dice la abuela de la casa, en plena alusión a la propuesta del presidente Noboa de convocar a un referéndum; sentencia popular que hace referencia a las reglas del juego en la disputa por el poder.
La consulta le ofrecería al presidente una oportunidad para posicionar su agenda de reformas constitucionales y sociales, y medir el respaldo político; pero también enfrenta riesgos concretos como aquel que podría profundizar la polarización y encontrarse con un rechazo social como lo que sucedió el año pasado en dos de las preguntas formuladas en las que tuvo un revés no calculado, y eso podría debilitar su imagen; por lo que es oportuno recordar que en el Ecuador de los sucesos, nunca se trata de las preguntas sino de quién y en qué momento pregunta.
Y claro, si el gobierno en lo que falta para ir a las urnas logra materializar resultados en seguridad, empleo y estabilidad política y consigue un respaldo ciudadano, se consolida como el líder de las reformas, pues ya lo demostró con los tres proyectos de leyes aprobadas por la asamblea, al margen de que estén en la lupa de la Corte Constitucional.
El propio presidente reveló las siete preguntas, pero veamos si no se trata de un globo de ensayo frente a la eventual pugna con la justicia constitucional. Y es que los ecuatorianos deberíamos pronunciarnos, si estamos de acuerdo en eliminar la prohibición para el establecimiento de bases militares extranjeras; eliminar el financiamiento estatal a los partidos políticos; suprimir el CPCCS; reducir el número de asambleístas; permitir el trabajo por horas para turismo y primer empleo; autorizar juicio político para jueces constitucionales; y, legalizar casinos en hoteles con impuestos destinados a programas sociales.
A vuelo de pájaro podríamos decir, que el presidente Noboa tiene la mesa servida, sin embargo, las preguntas sobre trabajo por horas y casinos pueden generar algún rechazo, aunque eventualmente están bien calculadas y dirigidas a ese electorado, la juventud, que busca trabajo; igual rechazo puede tener la del control político a los jueces de la Corte Constitucional; pero para todo ello debe pasar por el filtro de la Corte que está diseñado para asegurar que cualquier consulta popular sea legítima y respetuosa de los derechos. Y claro, con la pregunta seis, lo que hace el gobierno es ponerle el cascabel el gato. El costo político y social de usar la consulta como herramienta de gestión puede ser más alto en el mediano y largo plazo. Y de ahí, que no siempre el que tiene más saliva traga más pinol.