Al menos 100 familias de las comunidades Palacio Real, Rumicruz y La Moya, de la parroquia Calpi (Chimborazo) se benefician de este trabajo.

Con base en estos trabajos han construido casas comunales, caminos vecinales, canales de riego. Para la labor utilizan palas, machetes, picos y buenas botas.

El trabajo ecuatoriano resaltó con la aprobación de la Plataforma de intercambio, la decisión incluyó crear un grupo de trabajo con la representación de esos sectores de las siete regiones socioculturales de todo el mundo.

Quienes desarrollan esta actividad son Testigos de Jehová. El objetivo es que quienes hablan esta lengua también puedan entender la palabra de Dios. Muchos de ellos son oriundos de Japón y Estados Unidos.

Los nativos se han capacitado como guías y en relaciones humanas para atender de manera apropiada a los visitantes. Las mujeres elaboran artesanías que ofrecen a quienes arriban.

La Secretaría Técnica se encarga de lograr entornos beneficiosos para las familias. El programa está respaldado por un manual de convivencia que es redactado por los moradores. También se facilitan emprendimientos.