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Steven Tyler reconoce que el dinero y la música a veces son un infierno

Steven Tyler reconoce que el dinero y la música a veces son un infierno
12 de octubre de 2013 - 00:00

Desde Los Ángeles, y mientras atiende cuestiones de management, trata con abogados, ultima temas de su próximo álbum solista y ajusta planificaciones de la etapa sudamericana de la gira de Aerosmith, Steven Tyler se toma un tiempo y ofrece una entrevista al diario argentino El Clarín para hablar de varios temas que involucran a la agrupación que lidera.

“No hay una ecuación simple que explique lo que sucede con Aerosmith. Cada uno de nosotros ama hacer música para sí mismo, pero algo mágico ocurre cuando compartimos el escenario. Esa magia hace que sigamos disfrutando de ser una banda, de tocar juntos, de dar vueltas por el mundo mostrando nuestras canciones; las nuevas y las viejas. Estamos orgullosos de lo que somos”, dice.

¿En qué medida el deseo del público de escuchar los hits condiciona el armado del repertorio?
Es una cuestión de equilibrio. Si incluyéramos siete canciones o más del álbum nuevo, la mayoría de la gente reclamaría por los clásicos. Ellos quieren escuchar ‘I Don’t Want to Miss a Thing’, ‘Cryin’, ‘Crazy’, ‘Walk This Way’. Pero si solo hiciéramos esos clásicos, algunos reclamarían material nuevo. Si eligiéramos dos temas de cada disco, tendríamos que estar tocando durante más de cuatro horas. Por suerte, tenemos una buena cantidad de hits. Entonces, no queda otra alternativa que buscar un balance. La actualidad del grupo parece contrastar con otros tiempos, difíciles.

¿Cuánto tuvieron que ver los excesos en esas turbulencias?
No mucho. No creo que el inconveniente haya sido ese. Cuando tuve mis problemas con adicciones, los traté y volví bien. El tema es que si eres Aerosmith, cuando terminas de tocar y se baja el telón del Madison Square Garden, en Nueva York, no te vas a tu casa a jugar al ping pong. Vives una vida extrema. No puedes ser un Aerosmith e irte a tu casa a tejer. Y los extremos... son extremos. Hasta en los 80 vivimos en el límite, e hicimos algunas cosas que nos metieron en problemas. Pero no creo que haya sido un tiempo perdido. Aún cuando vivíamos drogados, escribimos muchas canciones, tuvimos muchos amores; solo que las cosas eran de ese modo. No fue culpa de las drogas que tardáramos 11 años en sacar un nuevo disco de estudio.

¿Y entonces?
Sucedió que después de estar trabajando juntos durante más de 30 años, cada uno quiso hacer cosas por su lado. Joe Perry estuvo girando con su proyecto solista, Joey Kramer se volvió a casar. De pronto, la banda estaba viviendo su vida. Queríamos tener un rato de vida normal.

¿Puede tenerla, con tanta gente pendiente de ustedes, aún cuando no están haciendo música?
Es difícil. Son las dos caras de este mundo. Quieres ser famoso, pero eso te quita la posibilidad de una vida íntima. Hoy, todos tienen una cámara en su teléfono, así que cuando vas a un restaurante donde no hay paparazzis, la gente los reemplaza. Entonces, te aíslas. Y cuando estás mucho tiempo solo, no encuentras nada mejor que darle lugar al (whisky) Jack Daniel’s. Mientras estás rodeado de mánagers intentando hacer más dinero, de abogados, de gente empujándote en la dirección incorrecta. Es un juego increíble. El dinero y el negocio de la música, a veces se pueden convertir en un infierno. Y uno tiene que trabajar duro para que no lo sea.

¿De qué manera?
Manteniéndote cerca de la gente con la que te gusta escribir canciones, buscando lugares a los que puedas ir, sin gente acosándote para sacarte una foto. Y eso es más fácil cuando estás sobrio. Es un juego complicado. En nuestra situación, cualquiera se tomaría un trago al final del día, y diría: ‘Mierda, mira lo que pasó hoy’. Afortunadamente, a mí me encanta escribir canciones, sacar cosas de mi interior; y al final del día escuchar lo que hice y decir: ‘Ey, esto suena bien’.

Usted es Aerosmith, desde 1971, fue jurado de American Idol, diseña sus modelos de motos… ¿le quedan asignaturas pendientes a sus 65 años?
Ninguna. Me gusta hacer buena música. Ser feliz, rodearme de gente que entienda la vida como la entiendo yo. Espero grabar y hacer canciones con mucha gente, en distintos estilos musicales. Me gusta el proceso creativo de la canción. No puedo explicarlo demasiado, porque ni siquiera yo llego a comprenderlo del todo. Pero sé que al final del día, después de haber escrito con Marti Frederiksen, con Julian Lennon, con Joe Perry, o con Johnny Depp, siempre sale algo. Es como pescar.

Llevan 42 años juntos. ¿Se ve festejando los 50 de Aerosmith en un escenario?
Me encantaría. A mí, me hubiera gustado ser un rockstar, ser un ídolo, tener cuatro chicos hermosos; y lo logré. Además, no sé qué otra cosa haría. Amo a la banda, estar en la ruta y hasta a algunos mánagers y abogados. Este negocio puede ser un lugar oscuro y solitario, en el que hay un montón de gente que quiere apropiarse de una parte de ti. Te despedazan, si dejas que eso pase. Es muy difícil sobrevivir a todo eso. Y que lo sobrevivan tu banda y tu música. Es duro. Pero cada día que lo logras, te hace sentir muy bien.

DATOS

En noviembre de 2011 la banda bostoniana estuvo de visita en Ecuador.

Aquella vez dieron un concierto en el estadio Atahualpa.

Para ese show, el grupo de Massachusetts llegó con un equipo de 105 personas.

Aerosmith estuvo el martes pasado en Uruguay y le regaló una guitarra autografiada al presidente José Mujica, quien la subastará.

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