Paulina Anda alcanza el éxito con su mayor pasión: el diseño de zapatos
La talentosa y emprendedora diseñadora, Paulina Anda, ha demostrado que con esfuerzo y amor por lo que se hace se puede alcanzar el éxito. En tan solo tres años, esta quiteña, madre de dos niñas, ha conseguido que su marca de zapatos, Makiatto, sea reconocida dentro y fuera del país, a través de tiendas en donde exhibe sus colecciones y presenta sus diseños en la pasarela.
Ha participado en distintos eventos de moda realizados en el país, entre estos Esmeraldas está de moda; Cuenca Fashion Week; Desfile entre máscaras; Salinas Fashion Week (2011- 2012) y Yanbal Fashion Week, siendo la diseñadora oficial del calzado para dicho evento, durante dos años consecutivos: 2010 y 2011.
Internacionalmente ha representado a Ecuador en el Asunción Fashion Week 2010, y en el Miami Fashion Week, 2011 y 2012.
Sus creaciones han sido lucidas por distintas presentadoras de televisión del país y utilizadas en importantes certámenes de belleza, como el Miss Continente Americano 2011 y el Miss Ecuador 2012.
¿El diseño y la moda siempre estuvieron presentes en su vida?
Desde pequeña jugaba mucho con muñecas, me encantaba hacerles la ropa y coleccionar sus zapatos. Además les cortaba el cabello, las peinaba. Fue entonces cuando me di cuenta que sentía mucho gusto por la moda, pero recién me involucré hace tres años.
¿Por qué no lo hizo antes?
Creo que en la vida uno está maduro para ciertas cosas, a veces tomamos decisiones. Me casé muy joven, a los 22 años. En ese entonces no era madura para tomar una responsabilidad y dedicarme a algo. Pero hace tres años decidí emprender un negocio propio.
¿Y por qué el diseño de zapatos?
Porque los zapatos siempre me han encantado, de niña me gustaba ponerme los tacones de aguja de mi mamá. Además he estado vinculada con el tema del calzado porque mi familia paterna es de Ambato, mis tías hacen zapatos y cuando iba a la casa de ellas veía cómo trabajaban con los artesanos o visitaba la fábrica, y todo esto me llamaba la atención. Ahora ellas me proveen de materiales para mis zapatos.
¿Fue difícil tomar la decisión de abrir su propio negocio?
No lo pensé ni lo planifiqué, pero no fue difícil. Primero diseñaba los zapatos para mi uso y una persona era quien me los hacía porque comparaba zapatos lindos, pero me lastimaban el pie y dejaba de usarlos. Así que la idea desde un principio fue hacer zapatos elegantes, cómodos y que no destruyan los pies.
Empecé el negocio con 500 dólares y la ayuda de un artesano, usando los mejores materiales. Mis amigas fueron las primeras que me pidieron que les haga zapatos al ver los que yo usaba. Así que me di cuenta que sería bueno tener mi propio negocio. Actualmente trabajo con aproximadamente 25 personas, entre fábrica y administrativos.
¿Sus estudios de Marketing lo ayudaron?
Sí. Empecé a analizar el mercado y me percaté que había personas que no estaban cómodas con los zapatos que usaban; veía a mis amigas que en medio de una fiesta se los sacaban y yo andaba toda la noche con mis zapatos. Así que dije me arriesgo a hacer esto y empecé vendiendo los zapatos en mi casa.
¿Por qué Makiatto?
Nunca me gustó mi nombre, siempre me molestaban por mi apellido en el colegio así que no quería ponerle a la marca Paulina Anda. Makiatto es una palabra italiana que significa café cortado; ese nombre me lo dio mi cuñada que vive en Europa.
Me gustó porque en un principio pensábamos en palabras en inglés y no me parecía, pues la idea es resaltar que es un producto hecho en Ecuador, con mano de obra nacional y que las mujeres usen una marca nacional.
Pensamos en darle un nombre en quichua, pero luego Makiatto me convenció y le puse ‘by Paulina’ para que sepan que son mis diseños.
¿Diseñaba sin haber realizado una carrera relacionada?
Siempre digo que empecé este negocio sin saber dibujar, pero todo lo creaba con la ayuda de los artesanos, y ellos entendían lo que quería. Y aunque yo no podía hacer bocetos como los diseñadores, eso no fue impedimento para mí. Aunque después viajé a Milán, donde estuve tres meses. Allí tomé un curso intensivo de 10 horas diarias en el Instituto de Moda Di Burgo.
Me he preparado con otros profesores, actualmente estoy muy capacitada, tanto así que hasta tengo la oportunidad de dictar talleres.
¿Cómo logró en tan poco tiempo tener varias tiendas en el país?
La clave fue tener la idea de franquicia. De los seis locales, tres están a mi cargo. Cinco se hallan en Quito y uno en Guayaquil.
¿Por qué dejó de hacer diseño para caballeros?
Porque los hombres son más clásicos y compran para un año o dos, solo saqué una colección para caballeros en febrero de 2011. Preferí quedarme con la colección para niñas porque así puedo relacionar esa unión de una madre y una hija que salen juntas a elegir sus zapatos. Mis hijas me ayudan porque me dicen lo que les gusta. Tengo la costumbre de presentar dos colecciones al año, en octubre, otoño-invierno, y en abril, primavera-verano. La actual que ofrecemos se titula ‘Alma’.
¿Entre qué valor oscilan los zapatos?
Los precios oscilan entre 50 y 60 dólares; el de mayor valor es de 62 dólares. Los de niñas cuestan 38 dólares. Son precios cómodos porque no todo el mundo tiene dinero para gastar en zapatos; la idea es expandir la marca a todas las mujeres ecuatorianas.
¿A qué edad se divorció?
A los 32 años. Tengo una hija de 12 años y otra de 10.
¿Ellas también se sienten atraídas por el diseño?
A la mayor la veo que le gusta, con ella saqué la línea de Makiattitos, que es la infantil, y ya hace bocetos y dice que quiere estudiar diseño de modas.
¿Cómo comparte con ellas en su tiempo libre?
Como trabajo de 9 de la mañana a 6 de la tarde los fines de semana nos gusta pasar en casa. Dormimos mucho y a mis hijas les encanta que les cocine, especialmente pastas.
¿Este año estará en eventos internacionales?
En el primer semestre del año no porque estamos ampliando la capacidad de exportación y enviando zapatos a Guatemala, y debemos enfocarnos en eso. En cuanto a pasarelas quiero ir a Punta del Este, en septiembre.