Kevin Mc Callister tiene 8 años y pertenece a una familia numerosa: 14 personas. Antes de viajar a París para pasar la Navidad se reúnen sus padres, cuatro hermanos, dos tíos y seis primos en su casa de Chicago.

Ninguno se lleva bien, además que todos estaban enfocados en cualquier cosa, menos en la unión familiar. Kate, la madre de Kevin, es una mujer atareada con sus funciones de anfitriona, pero a la vez es la única que realmente se preocupa por el menor de sus hijos.

La importancia de la familia y el amor materno son la esencia que el director Chris Columbus concibió en 1990 para Home alone o Mi pobre angelito como se conoce a esta película en Latinoamérica.

Va más allá de la soledad en casa que experimenta Kevin, interpretado por Macaulay Culkin, porque su familia lo olvidó. La idea de Columbus, productor de tres de las ocho películas de Harry Potter, se dirigió más allá del cómico enfrentamiento entre Kevin y dos torpes ladrones personificados por Joe Pesci y Daniel Stern.

Columbus planteó las consecuencias del extremo consumismo como la atención a la familia.

Desde hace 26 años Mi pobre angelito es una historia habitual en los televisores ecuatorianos y posiblemente de Hispanoamérica durante la Nochebuena y Navidad.

La frecuencia de sus transmisiones ha pasado generaciones que la consideran como su favorita, pese a que existen clásicos como Qué bello es vivir (Its wonderful life, según su título en inglés), considerada desde hace una década por la American Film Institute (AFI) como la mejor película inspiradora y navideña de la historia.

Este diario realizó un sondeo con 100 personas de 20 a 35 años de edad en Guayaquil y Quito.

De ese grupo el 40% prefiere ver Mi pobre angelito, que estelarizó Culkin, de ahora 36 años, porque “los conduce a su infancia”.

Un 8% opta por El regalo prometido (Jingle all the way, según su título original), que protagonizó Arnold Schwarzenegger hace 20 años.

La película relata cómo Howard Langston, un padre de familia interpretado por el actor y exgobernador de California, enfrenta a  Myron Larabee, progenitor de otro niño, que encarnó David Atkins.

Columbus escribió el guion de Jingle all the way, basándose en la misma línea de aportar con una lección acerca del consumismo, aunque tuvo detractores, quienes entendieron lo contrario y creyeron que se trataba de una apología a la comercialización navideña.

Además remarca el personaje de Schwarzenegger como un hombre obsesivo al trabajo.

Según el guion de Columbus y la dirección de Bryan Levant, Langston y Larabee prometieron a sus vástagos llevarles a Turbo-Man, el muñeco que representa al héroe de acción favorito de ambos niños.

Como son horas previas a la Nochebuena y Navidad, solo queda un muñeco en las estanterías porque otros padres lo adquirieron para sus hijos. Eso provoca una hilarante lucha entre los personajes de Schwarzenegger y Aktins, especialmente cuando se disfrazan de Turbo-Man y Dementor, su némesis.

Columbus se defiende de las críticas cuando explica que el sentido de este último enfrentamiento es llevar a la verdadera generosidad, pues Jamie, el hijo de Howard, encarnado por Jake Lloyd, le regala el juguete a Myron.

Solo Howard sabía que la obsesión de Myron era para limpiar su propio trauma de no recibir su juguete preferido en Navidad cuando era niño y por eso quería que su hijo no tuviera la misma suerte.

El mensaje de Levant y Columbus está en el gesto desinteresado de Jamie, quien se desprende de su anhelado muñeco para que el hijo de Myron tuviera un regalo prometido por su padre. Además, Jamie quedó feliz porque su padre estaba detrás de la máscara de Turbo-Man. “Para qué quiero a un muñeco si tengo al verdadero en casa”, dice en el filme que recaudó $ 130 millones e invirtió $ 75 millones.

Con el 4% de los consultados le sigue A Christmas Carol (Cuento de Navidad), que el británico Charles Dickens publicó en 1843 y Robert Zemeckis versionó en 2009 con el protagonismo de Jim Carrey.

Aunque esta historia tiene incontables adaptaciones, la de Zemeckis, director de Forrest Gump y la trilogía de Volver al futuro, goza de aceptación por el recurso de animación con la técnica captura de movimiento facial y corporal de los actores para trasladarlo a personajes creados digitalmente.

Scrooged, una versión moderna de este clásico que protagonizó Bill Murray en 1988, fue considerada por los consultados pero dentro del 48% que optó por otras películas.

Se trata de la historia de un inescrupuloso ejecutivo de televisión llamado Francis Xavier Cross, interpretado por Murray, quien recibe la visita de tres fantasmas durante la Nochebuena: Los espíritus de las navidades pasada, presente y futura.

Scrooged se basa en el cuento de Dickens sobre el tacaño y amargado Ebenezer Scrooge, quien guarda resentimientos desde que su novia Belle lo abandona durante la juventud porque él ama más al dinero.

Se trata de un clásico literario para reflexionar sobre las consecuencias del egoísmo y exhortar a la bondad en cualquier época del año. Por eso cualquier versión de A Christmas Carol es bienvenida, más si recurre a la tecnología.

Dentro del 48% restante, los encuestados citaron El grinch, también protagonizada por Carrey; La comedia romántica Realmente amor, que tiene un reparto coral; Hombre de familia, Expreso polar, Arthur Christmas, El origen de los guardianes, Edward manos de tijera, Milagro en la calle 34, la versión de 1994 y hasta filmes de acción como Duro de matar porque se ambienta en Navidad. (I)