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‘espiral de tierra’ es el tema que más describe su propuesta

La naturaleza es el eje en las canciones de Mala Vibra (Video)

La quipa, el instrumento de viento que tocaba su abuelo, forma parte del cetro de Edwin Méndez, mientras adopta una postura de meditación. Foto: Miguel Castro / El Télegrafo
La quipa, el instrumento de viento que tocaba su abuelo, forma parte del cetro de Edwin Méndez, mientras adopta una postura de meditación. Foto: Miguel Castro / El Télegrafo
18 de marzo de 2015 - 00:00 - Rafael Veintimilla Aragundi

Gira un disco de vinilo, de los sencillos de 45 RPM. Da vueltas con la imagen de un tipo engafado. Es Mala Vibra, así es como quiere que lo llamen. Aquel rostro desaparece y da paso al de George Washington, mientras emergen edificios en blanco y negro, entre el humo y un cielo rojo, que recuerda a las viñetas de Sin City que Frank Miller ha hecho famosas desde 1991.

El vértigo de la escena no se detiene. Ahora lo que se ve es una mesa con un galón de gasolina, una taza de café y unos billetes que Mala Vibra devora furiosamente, mientras observa las noticias en un televisor de plasma. No soporta más y se dirige hacia su auto, que luego vuela en pedazos con el galón y un fósforo encendido, mientras canta “Darme la vuelta/ y olvidarme de todos/ olvidarme de todos/ y volver allí tierra..¡allpa! (que significa tierra en quichua).

Luego ese incendio lo traslada al set de grabación en el que deliberadamente deja ver el fondo verde de la pared que usa para la técnica audiovisual de croma. Está convencido que su válvula de escape es volver a los orígenes, a lo simple, lo natural, donde queda lejos el pirómano y suelta al hombre pacífico que, según él, está sepultado por el caos citadino.

Su último recurso de escape es una bicicleta, de aquellas que usan los panaderos. La deja botada a un costado de la carretera y se interna entre los matorrales. Besa una roca y con una postura parecida al loto (característica durante la meditación budista), pero con brazos en posición de guerrero, se sienta para disfrutar de lo que le ofrece la naturaleza.

VIDEO

Aquellas escenas describen el mensaje que Mala Vibra quiere transmitir con su canción ‘Espiral de tierra’, que forma parte de su disco ‘Luna tomate’, que tiene otros temas como ‘Todo brilla, verde vida’, ‘No quiero nada de ustedes’, ‘Yo ya no pienso’, ‘Abandonando el ciclo de destrucción’, ‘Involución’ y otras.

“Para mí la música es un proceso muy espiritual. La que propongo tiene un toque andino. Me baso en que las tribus siempre han utilizado la música de forma ceremonial. Lo que intento es rescatar esa conexión del individuo con la naturaleza, a través de la energía que ofrecen sus elementos: fuego, agua, aire y tierra. Por eso en el video lo que trato es de desvincularme del caos cotidiano en la ciudad y buscar refugio en la naturaleza. Lo de espiral es porque todo lo que nos rodea tiene proceso cíclico. Por ejemplo, el hombre tarde o temprano se convierte en polvo”, cuenta Edwin Méndez, un músico cuencano que hace un par de años adoptó a Mala Vibra como su nombre artístico. Incluso, más allá, como un personaje.

Por eso es que lleva una especie de cetro formado por una concha que está atravesada por un palo con textura espiral. Y esa concha en realidad es una quipa, el instrumento de viento que su abuelo Manuel

Gómez soplaba durante ceremonias cuando fue líder indígena. De ahí es que Edwin acogió el concepto espiritual y ceremonial que caracteriza a su música. “Aunque para muchos es un símbolo de autoridad, para mí el cetro representa mi lucha en cuanto al rescate de los valores relacionados con la naturaleza”, refiere.

No obstante, el sonido de ‘Espiral de tierra’ es una fusión de rock (más bien inclinado hacia el rockabilly de los 50, un tanto parecido a lo que propone el grupo chileno Los Tres), con sonidos del violín que toca Lino Pichisaca, uno de los músicos que acompañan con más frecuencia a Mala Vibra. Los otros son el baterista Claudio Carrasco y el percusionista Fabián Choquilla.

Pero no todas sus canciones suenan así. ‘Todo brilla, verde vida’ (con la que fue reconocido como artista promesa en la más reciente entrega de Mis Bandas Nacionales) es más densa. Ahí, aparte del violín también tiene protagonismo el güiro; mientras que ‘Abandonando’ el ciclo de destrucción’ e ‘Involución’ tienen la distorsión de guitarra que distingue al heavy metal.

Aunque fue premiado como artista promesa, Edwin Méndez, quien cumplió 28 años el pasado 29 de diciembre, tiene la mitad de su vida involucrado en la música. De hecho, ‘Mala Vibra’ es el nombre de su primera canción que escribió cuando tenía 14 años.

“La compuse para liberar ira contenida”, recuerda el músico azuayo, quien tomó el título de esa canción para su banda que funcionó de 2004 a 2012. Al disolverse Méndez se quedó con el nombre.

“Siempre me han conocido como Mala Vibra, además llama la atención, dice Méndez, un frecuente visitante de El Descanso, una localidad campestre situada a 40 minutos de su Cuenca natal. Sus habituales viajes familiares a ese lugar forjaron también su concepto acerca de la naturaleza.

Mala Vibra grabó su álbum ‘Luna tomate’ en el estudio 8 Producciones, entre 2013 y 2014, pero recién este año lo está promocionando, mientras que Ernesto Santisteban es quien dirigió y produjo el video de ‘Espiral de tierra’, que se describe al inicio de esta historia.

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