Aunque el acento colombiano la delata, Íngrid Katiuska Jiménez Díaz se siente muy ecuatoriana. Nació en Guayaquil hace 19 años y cuando cumplió 3 se mudó a Medellín, la ciudad de José Jiménez, su padre.

Prefiere que artísticamente la conozcan simplemente como Katiuska y como tal ya estrenó su primer sencillo: ‘Vete’, pop en el que predomina el uso de sintetizadores que se fusionan con el timbre de mezzosoprano que distingue a su voz.     

“Surgió hace aproximadamente cinco meses. Es una balada rítmica y obviamente relata una historia de amor. Se basa en parte de una experiencia personal y también de las que han tenido amigos muy cercanos. Y es que se trata de un tema tan universal, que lo tratan muchos artistas, pero cada uno desde un punto de vista distinto. En mi caso lo que trato de expresar es la importancia de estar feliz después de una ruptura sentimental. Para mí la felicidad está en uno mismo. Es cuestión de actitud porque uno decide si quiere ser feliz o si se queda derrumbado”, explica la cantante, quien se formó durante 3 años en Borkis Enterteiment donde tuvo la oportunidad de ser parte de los coros que anualmente se presentan para las fiestas navideñas.
La canción fue producida en los estudios Ávila, de Néstor Cifuentes ‘Don Productor’, que están situados en Bogotá. Este es conocido por sus premios Grammy Latino, el más reciente con el uruguayo Jorge Drexler con el disco ‘Bailar en la cueva’ (2014).

Como ingeniero de sonido estuvo  Enrique Martínez, mientras que Camilo Ruiz Cajamarca se encargó de la masterización del tema.

Katiuska tiene claro a qué público quiere llegar con sus canciones. “Lo mío es un pop juvenil, que puedan apreciarlo adolescentes desde los 15 años hasta los 20. Quiero expresar un teen pop al estilo que caracterizó a Florencia Bertotti con ‘Floricienta’ o ‘Violetta’ con Martina Stoessel. Me identifico mucho con las series juveniles de canales como Nickelodeon o Disney.  

Antes de empezar mi carrera veía series y dramas juveniles como ‘Rebelde’, entre otras.

De hecho, mis canciones surgen de lo que leo en novelas juveniles tipo ‘Crepúsculo’ o ‘Bajo la misma estrella’; de películas que veo y que tienen ese mismo ‘target’. Son mi esencia. De esas historias saco lo positivo y lo plasmo con experiencias mías y de mis amigos cercanos”, afirma la cantante ecuatoriana-colombiana que también tiene influencia de música electrónica.

Entre los cantantes estadounidenses que prefiere constan Becky G, Justin Bieber y Ariana Grande, mientras que entre los latinos están los colombianos Maluma, J Balvin y Fanny Lu.

Cuenta Katiuska que regresó de Medellín a Guayaquil hace tres años porque su padre, quien es ingeniero y labora para una compañía de atunes, consiguió trabajo en Ecuador. Él trajo de vuelta a la familia al país. Y fue él quien la descubrió cuando tenía 7 años y ella cantaba en su habitación, pero recién empezó a costear su carrera cuando se graduó del colegio.

Cuando Katiuska volvió a Guayaquil se involucró en la academia Chantal Fontaine, donde aprendió modelado y actuación, lo que le permite un mejor desenvolvimiento escénico, pues se considera una mujer  tímida fuera de las cámaras.

Revela que la actuación es otro campo del arte que también la atrae y que ha participado en obras teatrales juveniles en distintos roles, incluso de antagonista.

Katiuska tiene dos canciones más listas, que también contaron con la producción de Néstor Cifuentes. Mientras tanto, afina el video de ‘Vete’, que posiblemente sea rodado en febrero próximo en Colombia y que relatará la historia de un amor adolescente. (I)