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Giselle Villagómez: “Sigo siendo la de siempre”

Giselle Villagómez: “Sigo siendo la de siempre”
11 de febrero de 2014 - 00:00

Poseedora de una personalidad arrolladora y una risa contagiante que en cuestión de segundos se convierte en una gran carcajada, así es a simple vista la cantante Giselle Villagómez.

Pero basta sentarse a su lado unos minutos para sentir como si se la conociera de toda la vida por la atmósfera que crea su presencia en una tarde cualquiera.

Tiene muchas anécdotas que contar y otras que prefiere olvidar, pero eso no impide que cuente su verdad sobre lo satisfecha que está con su carrera, la cual le ha dejado sabores y sinsabores desde que comenzó a cantar a inicios de la década del sesenta.

Fue en el antiguo Teletortuga, después llamado Telesistema y ahora RTS, en donde Villagómez empezó a demostrar más su talento en el programa de ‘La abuelita Ángela’, en los setenta. Ahí encantaba por su voz y desenvolvimiento, motivada por la sensualidad, garbo, sutileza y belleza de la española Sarita Montiel.

La cantante junto a Alfonso Espinosa de los Monteros cuando ganó el Festival OTI.

“En esa época estaban muy de moda las películas mexicanas y españolas, por ende siempre admiraba a esas grandes actrices. La que más me impactó fue Sarita Montiel por cómo era dentro y fuera del cine...así que yo quería ser como ella”, recuerda Villagómez, quien creció “amamantada” por el bolero, siendo la música de la cubana Olga Guillot la que también llamó su atención.

Los años transcurrían y Villagómez iba creciendo como cualquier chica de su edad, con la diferencia de que por sus venas corría sangre de “artistas, poetas, locos y relocos” como ella misma describe a gran parte de su familia.

De hecho, sus padres eran artistas y fue su madre, la que siempre la motivó en el mundo del arte.

En su adolescencia disfrutó de la época ye yé y de inmediato se involucró en otro programa musical de la misma televisora llamado ‘El Clan’, en el que ganó connotación nacional al cantar ‘El Cardenal’, tema del argentino Chico Navarro.

Los copetes, los pantalones basta ancha, cortes estilo bob, diademas y colores fuertes rodeaban a la cantante que se codeaba con otros artistas que al igual que ella empezaban en la palestra musical como José ‘Pepe’ Morei, Ítalo Torres y los chicos de los grupos Boddega y Los Corvets.

En esos años de efervescencia también conoció el amor y de la mano de otro artista, Efrén Avilés Pino, quien años más tarde destacó también como catedrático, historiador y escritor.

Gisselle Villagómez y José José en la OTI a nivel internacional.

Ambos compartieron escenario en varios eventos y presentaciones. Esa conexión que existía entre ambos hizo que él compusiera la canción ‘Alborada’, que narra el amor de los dos.

Y fue precisamente con esa tema con el que Villagómez decide competir en el Festival Internacional de la Canción OTI, capítulo Ecuador, ganando el primer lugar. También escandalizó por ser la primera cantante en presentarse en minifalda recibiendo críticas de toda índole.

“Todos los que competíamos éramos profesionales y todo el mundo votó por la Villagómez”, recuerda esta cantante, quien representó al país en México en la edición internacional de este festival y se ubicó entre las finalistas.

En ese país se codeó con artistas de la talla de Enrique Guzmán, Angélica María, José José, Raphael, entre otros, todos ellos colegas en el oficio de los escenarios.

Luego se presentó en el Madison Square Garden y cantó acompañada solo con su guitarra varios pasillos, entre ellos ‘Sombras’ y ‘Lamparilla’.

Su regreso al Ecuador fue apoteósico, tanto así que no hubo medio de comunicación que no la entrevistara por lo que su fama se consolidó dentro del país. Sin embargo, Villagómez asegura que nunca se sintió famosa porque sus padres siempre la prepararon para tener “los pies bien puestos sobre la tierra”.

Es por eso que a la edad de 25 años y en medio del rotundo éxito que disfrutaba tomó la decisión de alejarse de los escenarios para interpretar las tres mejores ‘canciones’ de su vida: Giselle, María Gracia y María Sol, sus hijas.

“Ellas fueron mis tres mejores composiciones y no me arrepiento en absoluto”, enfatizó esta cantante, quien lidió con un esposo que no comprendía lo que ella hacía sobre los escenarios y quería tenerla solo en casa.

Sin embargo, durante ese tiempo hizo algunas presentaciones casi a escondidas y otras que recibieron mucha atención de la prensa, aunque después le dejaron uno que otro dolor de cabeza.

En esta gráfica aparece cuando empezó con su carrera en Canal 4 de Guayaquil.

Una de las presentaciones más destacadas de Giselle, conocida como ‘La Faraona de la ola’, fue en el debut del musical de Danzas Jazz ‘Calor de luna’.

También cantó junto a su hija Giselle cuando esta empezaba a incursionar en la música con gran proyección.

“La verdad que cantar con mi hija fue como sentirse en el cielo porque como padre ver que tus hijos tienen tus mismos gustos o fascinaciones es divino. Me imagino que Andrés Gómez también ha de sentir lo mismo por su hijo Emilio...ha de estar que se derrite”.

Desde que Giselle Villagómez regresó a los escenarios no ha parado de presentarse en varios centros nocturnos, fiestas, teatros y hasta en misas y sepelios. “A mí me gusta cantar y canto a donde me llaman... en todos me preparo como toda profesional”, enfatiza.

En estos años se reencontró con sus amigos artistas con quienes comparte escenarios como Ítalo Torres, Pepe Morey y César Augusto haciéndose llamar ‘Los 4 grandes del clan del 4’.

Durante este tiempo Giselle ha hecho varios amigos como Enrique Izquieta, autor de la famosa canción ‘Ladrón de tu amor’ que cantó Gualberto Ibarreto para la telenovela Leonela.

Izquieta le compuso ‘Soy la de siempre’, tema que cuenta su vida y que ella interpreta desnudando su alma sobre los escenarios haciendo vibrar y emocionar a quien la escucha cantar tal como lo hace con el tema que aparece en uno de los promos de la Revolución Ciudadana.

”Esta soy yo, soy la de siempre/ la mujer, madre y artista/ la que se entrega en la pista ante ustedes por amor.

Esta soy yo, soy la de siempre/ la que ríe, llora casi a diario/ la que sale siempre a un escenario/ hasta quedarse sin voz.

He ganado en la vida /el triunfo he saboreado/ cuando tuve una caída de prisa me he levantado/ porque pensaba en ustedes/ que siempre me acompañaron/ y hoy que realizo mis sueños...les grito cuánto los quiero”, dice la canción que Izquieta le compuso como muestra de su amistad.

 

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